¿En qué punto estás?


¿Y qué piensas hacer con lo que te queda?

Ayer tuve mi primer día de clase, las 6 horas se me pasaron ultramegavolando y, aunque ha habido cosas buenas y malas, me quedo con la impresión de que en estos tres años voy a aprender muchísimo porque el nivel es sorprendentemente alto, todo el mundo quiere exprimir al máximo esta oportunidad -estupendo el ambiente de "hambre de balón" de mis compañeros- y encima en mi clase hay mucha gente que ya tiene conocimientos muy avanzados de informática y programación y empujan a los profesores hacia arriba. Por otra parte, aunque mi idea inicial era simplemente disfrutar de la maravillosa sensación de aprender cosas interesantes, está clarísimo que estos estudios están totalmente orientados a formar profesionales especializados que se metan directamente en el mercado real de trabajo; así que ¿quién sabe? Si todo me saliera bien de aquí al verano de 2018, en un mundo que cada vez demanda más y más este tipo de conocimiento, a lo mejor resulta que estoy en el comienzo de una nueva vida laboral. Veremos.

Lo que me resulta más problemático es que, además de las 6 horitas en el aula, la filosofía de trabajo aquí consiste en que te pases todos los días un montón de horas en tu casa haciendo actividades por tu cuenta (y yo no tengo ese tiempo). Según nos explicaron ayer -y es verdad- el mundo de las nuevas tecnologías cambia de un año para otro y no te puedes quedar con lo que te enseñaron cuando estudiabas, así que tenemos que acostumbrarnos a reciclarnos y aprender constantemente por nosotros mismos todo lo nuevo que vaya apareciendo. Los profesores ya no están para dar clases magistrales, sino para orientarnos y ayudarnos aclarándonos las dudas mientras nosotros vamos experimentando en la práctica y trabajando en casa por nuestra cuenta con las actividades que nos vayan marcando. Por resumirlo en pocas palabras, aquí va a haber que sudar la camiseta y en el futuro próximo mi vida va a tener que girar en torno a esto: como dijo uno de los profesores, "si todo este mundo no les gusta mucho mejor que lo dejen ahora". Total.

Este domingo pasado he cumplido 43 años, así que estoy más o menos por la mitad del cuadro de circulitos de arriba. Uno nunca sabe lo que va a pasar mañana y no es la primera vez que se me cruza algo y tengo que cambiar los planes, pero en este preciso instante tengo un objetivo y voy a luchar por él. ¿Se acuerdan de la segunda mochila? Pues parece que yo estoy a punto de colgarme la mía y empezar a llenarla de tesoros. Esto promete...