El toque personal

En estos días estoy a tope metido con un excelente programa de cursos de programación Android. Hace un rato he acabado una app de contactos paralelamente a la que desarrollaban en uno de los tutoriales, basándome en los pasos que iba comentando la profesora a medida que completaba la tarea. Este fue el resultado que obtuvo ella, le quedó un aspecto alegre y casi diría que "femenino"...


Y así me quedó a mí mi aplicación:


Si no hay sorpresas espero terminar ya todo el aprendizaje de Android y ponerme cuanto antes a trabajar en el que será mi proyecto de fin de estudios: una herramienta online para que cualquiera pueda publicar sus revistas digitales, o libros, o artículos o lo que quiera, y sus lectores reciban en su móvil la notificación de que han sacado material nuevo y lo puedan leer directamente en sus smartphones o tablets con una app especialmente diseñada para eso. Si alguna vez han pensado que les gustaría tener su propia publicación sobre algún tema que les interese espérenme un poco que quizá lo que voy a hacer yo se lo pueda facilitar.

La cosa tiene mucha miga porque va a combinar tres asignaturas (y una de ellas, Android, como es del curso que viene me la he tenido que empollar yo solo por mi cuenta en mi casa para ir adelantando) y mi objetivo es tenerlo todo acabado antes de que me empiecen las clases en septiembre. He echado un cálculo y me he dado cuenta de que, quitando trabajo y otras ocupaciones personales, mi tiempo libre efectivo y neto en verano se reduce a 35 días completos, y en ese tiempo si todo me sale bien habré: 1) publicado el curso de programación web, 2) aprendido desde cero a programar para smartphones y tablets Android, y 3) completado mi proyecto al menos hasta el estado de tener ya una primera versión totalmente funcional de mi aplicación de publicaciones digitales. Eso sí, sentándome a primera hora de la mañana y quemándome las pestañas delante del ordenador hasta por la noche cuando ya estoy tan hecho polvo que mis ojos no son capaces de enfocar bien lo que tengo delante.

Pero se lo he dicho muchas veces y aún me quedan muchas más: si quieres algo, si lo deseas de verdad, nada puede detenerte. Tú decides dónde están tus límites, ¿cuál es tu excusa?