Pensadores profesionales


En realidad Mut se refiere sin saberlo no al programador sino al diseñador de la interfaz de usuario, pero la idea se entiende.

Desde la semana pasada llevo dándole vueltas a un vídeo que quería compartir con ustedes porque es absolutamente ultramegarrequetesuperfantástico, sobre cómo usar la psicología para diseñar interfaces de usuario. No lo había hecho porque está en un inglés bastante difícil y pocos de ustedes van a poder entenderlo, pero en mi caso y después de haber hecho varios cursos sobre el tema (en mi nuevo proyecto de desarrollo de software a mí me ha tocado justamente especializarme en la parte de interfaces y experiencia de uso) es con mucha diferencia lo mejor que he visto y en el rato que dura he sacado mejores ideas que en los cientos de horas previas que había dedicado al tema. Los que se animen y lo vean aprenderán mucho, aunque de paso perderán la poca fe que les pueda quedar aún en la (teórica) inteligencia del ser humano.

Hay dos cosas que aprendes a la fuerza desde el primer día en que te pones a trabajar como desarrollador en el mundo real: 1) los humanos ni son capaces de pensar ni tampoco tienen ninguna intención de hacerlo, y 2) hay que programar para los más idiotas. Si se te ocurre crear algo superbueno para gente inteligente y que piense vas a fracasar, esto es una regla de oro y exactamente así; porque la gente inteligente y que piensa prácticamente no existe, como demuestra sin lugar a dudas (entre muchos otros ejemplos que podría ponerles) el vídeo al que les he hecho referencia antes. El usuario quiere hacer un click en un icono/dibujito con colorines y que la app le dé un resultado por arte de magia, y ya si nos ponemos serios a lo mejor podemos hacer que el tipo haga dos o tres clicks (si le pilla en un momento del día en que no tiene hambre, vean las estadísticas por horas del vídeo que van a flipar); pero todo el mundo prefiere un resultado no-óptimo pero fácil a un resultado óptimo pero que requiera algún esfuerzo mental, esto no tiene vuelta de hoja. Así que los desarrolladores de software son tipos especializados en pensar para que sus clientes no tengan que hacerlo.

Los desarrolladores exitosos son unos tipos que hacen brujería para tratar de adivinar cuál es la manera de darle al usuario un producto simple, fácil, inmediato y con pocas opciones para elegir (incluso aunque para eso haya que eliminar las opciones mejores). Un menú con tres alternativas funciona muchísimo mejor que un menú con diez (el experimento de la mermelada lo deja bien claro), a pesar de que eso signifique quitarle a tu cliente siete posibilidades sobre las que ya no tendrá ningún poder de decisión. ¿Saben cuando uno tiene un hijo y le elige la ropa que se va a poner ese día? Pues mañana les tocan pantalones cortos de flores y camiseta azul, amigos. De nada.