La injusta vida del programador


Son las 10:32 por mi reloj ahora mismo: llevo desde un poco antes de las 7 trabajando con la aplicación de incidencias de la que les he hablado varias veces y hoy peleándome con un problema que, después de hacerme partirme el cráneo y tras hartarme de buscar soluciones por mí mismo y en Internet, al final resulta que no era culpa mía. Para los lectores que a veces me dicen que quieren ser programadores, prepárense a lo que les va a tocar mil veces y tengan a mano el diccionario para las palabrotas.