Imagínense que yo quiero hacer un reportaje sobre Nigeria; y cuando estoy haciendo la selección del modelo que va a salir en las fotos del reportaje, elijo a un blanco rubio y con ojos azules.
Lo que estoy haciendo al tomar esa decisión no es simplemente promocionar a los blancos: si quiero mostrar blancos puedo elegir para mi reportaje cualquier país en el que haya blancos o sean representativos. Lo que estoy haciendo con una decisión tan obviamente irreal no es hacer que salga un blanco, sino que en mi reportaje no salgan negros cuando lo lógico es que salieran. No solo eso: estoy eliminando a propósito cualquier rastro de duda de que esto pueda haber sido un accidente, con lo que lo que en realidad estoy haciendo es no solo una elección sino (más importante) una declaración sobre qué es lo que pienso.
Ahora sustituyan "blanco" por "mujer" y "Nigeria" por "obrero de la construcción". Mira que hay profesiones en las que es creíble poner a una mujer: enseñanza, medicina, ventas... Lo que se te ocurra. Ponerle un casco de obra y un mono de trabajo no es casualidad, es una declaración de principios. No solo de los que han hecho el anuncio, sino de todas las entidades que colaboran en él.
La única forma de ganarse el respeto de los demás es merecer el respeto de los demás: hacer que te respeten. Si tú ayudas, pagas, o de cualquier manera contribuyes voluntariamente con entidades o personas que te faltan al respeto, lo que estás demostrando es que no mereces ese respeto que tú creías que merecías. Estás demostrando que ellos tienen razón. Por mi parte las entidades que participan en esta campaña recibirán lo mismo de mí que otras como Netflix, Disney, Gillette o cualquiera que en cualquier momento yo haya pensado que no me respeta; pero está claro que, si gente como esta en nuestra sociedad sigue haciendo lo que hace, es porque (al menos sobre sus clientes) tienen razón.