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Sorprendente, ¿verdad? La explicación es que así les sujetan sus madres cuando son crías y están programados para quedarse quietos y dejarse hacer. Esto me ha recordado una anécdota de mi trabajo que aprovecho para compartir con ustedes:
Trabajando como masajista en un hotel lo lógico es que tu cliente se relaje para su tratamiento: cierras los ojos, respiras hondo y te preparas para disfrutar en silencio. Pero hay mucha gente que está con ganas de
Pues bien, hace unos años a una jefa que tenía se le ocurrió La Mejor Idea De La Historia Del Masaje, así con mayúsculas: ponerles a los clientes una toallita perfumada con tónico refrescante sobre los ojos. Para ellos es muy rico... Y yo descubrí con enorme sorpresa que incluso la gente que más parlotea en cuanto le tapas los ojos se calla igual que los pájaros cuando les cubres la jaula con un trapo para hacerlos dormir.