Una de mis primeras novias, cuando ya no estábamos juntos (pero aún éramos amigos), en un accidente con una sierra eléctrica en el trabajo se cortó el dedo anular igual que en la foto. Cuando me lo contaba instantáneamente se me encendió una bombilla en la cabeza y me fui a una tienda de artículos de broma, y al siguiente día en que nos vimos le regalé un falso dedo vendado que tenía un resorte interior para hacer que saltara... A mí me pareció un golpe fantástico, pero ella se cogió un buen cabreo y me dijo "si no hubiéramos roto antes rompería yo ahora mismo": lección aprendida, ¡no todo el mundo tiene el mismo sentido del humor!