Hace poco estuve leyendo el caso de una mujer en Nueva Zelanda que ha publicado una colección de fotos de sus tres hijos: no van a la escuela ni tienen acceso a ninguna tecnología moderna, dice su madre que son felices en la granja viviendo entre animales y Naturaleza (y de hecho las fotos lo muestran así) y que no quiere que se "contaminen" con las tecnologías que arruinan la infancia de los niños de hoy día. Supongo que cuando a uno de sus hijos le dé una apendicitis será consecuente con sus ideas y lo operará ella misma con las tijeras de la cocina en lugar de llevarlo en un coche moderno por una carretera moderna a una ciudad con servicios modernos donde hay un hospital moderno con medios modernos.
Pero en el fondo estoy totalmente de acuerdo con su visión de la vida: seguro que esos niños son más felices que la inmensa mayoría. Es más: si mi madre fuera rica, tuviera un rancho que-te-cagas, a mí no me hiciera falta estudiar para el día de mañana no tener que partirme la espalda con algún trabajo físico de mierda que nadie quiere hacer (pero que yo como no tengo estudios me tengo que tragar), o pudiera heredar pasta suficiente para montarme un buen negocio que me guste, a mí también me habría encantado pasarme la infancia jugando con mis caballos en mi rancho.
