El amor

Imagínense la situación: eres un diseñador gráfico de 45 años; tienes un trabajo estable en tu sector pero del que ya hace mucho tiempo que estás más que harto, no solo no te ayuda a ser feliz sino que te roba el buen humor todos los días. Sin entrar en detalles, las circunstancias en tu empresa son bastante problemáticas y la única razón por la que no te has largado hace mucho es porque necesitas el dinero.

Pero tú no eres de los que se quejan ni lloriquean sobre sus problemas sin hacer nada. Tu sueño es ser escultor profesional en exclusiva, y para ello te has pasado un montón de años estudiando y trabajando en tu tiempo libre en completa soledad, contra todo y contra todos. A base de robarle horas al sueño (literalmente) y de esforzarte mucho más de los límites de lo razonable para un ser humano has conseguido un nivel técnico excepcional, has empezado a conseguir encargos y trabajos sueltos (con los que puedes cumplir a base de disciplina y bostezos, porque tienes muchas obligaciones que atender de la mañana a la noche y solo puedes dedicarte a esto arañando los resquicios que te quedan), y por fin has logrado hacerte un cierto nombre en el mundillo. No ha sido fácil.

Y un día por fin, después de largos años, de largas horas, de largas noches, te llega la oportunidad de tener un trabajo que te permite conseguir entrar en el mundo por el que tanto te has sacrificado:


Pero claro, resulta que estás casado y con hijos:


Mi amigo tiene dos problemas: quiere a su familia y pone por delante a los demás aunque sea a costa de sus propios sueños. Por eso mañana por la mañana se va a levantar, va a sacar a los perros cayéndose de sueño, va a darle un beso a sus hijas y otro a su mujer, se va a ir a un trabajo que le amarga la existencia y se va a pasar ahí todo el día hasta que por la noche vuelva a sacar a los perros, vuelva a darle un beso a su mujer y a sus hijas, y vuelva a comerse sus ganas de meterse en la cama para ponerse a trabajar en la escultura lo que aguante despierto antes de irse por fin a dormir. La esperanza que le queda es conseguir encontrar una manera de hacerse independiente o de dedicarse a su sueño sin tener que moverse de su casa. Me encanta mi vida.

Por cierto, estaba pensando si guardar este link para la próxima vez que una de mis amigas publique en Facebook un post chorra de esos con una foto de mujer luchadora y una frase sobre lo duro que es el trabajo de madre y los sacrificios que tienen que hacer ellas, como si fueran las únicas personas especiales que tienen problemas y los sacan adelante. Pero no, tanto mi amigo como yo somos más de trabajar con el pico cerrado.