Ahora no recuerdo si alguna vez les he hablado de una de mis suscripciones favoritas, un blog que se llama
#SOSBrutalism y que justamente trata de visibilizar obras de arte de un estilo (que arquitectónicamente es el que más me gusta con mucha diferencia) casi irremediablemente condenado a la desaparición. Una fuente de maravillas.