Dos vagabundos

Ya mi casa es oficialmente hogar temporal de acogida para gatos la asociación "Adopta un amigo en Gran Canaria", y como verán en las fotos ayer tarde recibí a mis dos primeros inquilinos.



Se trata de dos jóvenes dentre 1 y 2 años, el blanco y negro se llama Baco y la parda Bora (a mí los nombres en realidad me dan igual, los pongo aquí para hacerlo más fácil para el lector) que ya han pasado la primera noche en casa: Baco tardó un par de horas en tomar confianza y ahora ya es el dueño de la casa, ha dormido conmigo y es hiperrequetemegacariñoso (de hecho cada vez que notaba que me movía tenía que hacerme el dormido porque él inmediatamente venía a buscar más mimos); sin embargo Bora está muy asustada, nada más llegar se subió a la guitarra y cuando esta se cayó al suelo saltó al sofá y ahí se ha quedado hasta este mismo momento sin moverse ni para comer, ni para beber ni para usar la litera. La pequeña es muy tímida, habrá que esperar y dejarla tranquila hasta que se sienta con fuerzas para socializar.





(Había empezado a escribir la entrada por la mañana pero he tenido que pasar el día fuera, sigo por la noche)

Como decía los gatos son absolutamente adorables, Bora se ha escondido debajo del sofá y ahí sigue pero como pueden ver en esta foto que acabo de sacar ahora mismo Baco está como quiere:


Aprovecho el post para recordarles algunas cosas. Estos dos animales (y muchos otros en las protectoras) están a la espera de que alguien quiera darles un hogar definitivo; por seguir con el ejemplo de Baco la verdad es que no me cabe en la cabeza cómo es posible que un gato tan, tan, pero tan bueno, dócil y supermegacariñoso las 24 horas no encuentre a nadie que le quiera. Los dos que ahora viven conmigo estarán en un lugar temporal donde recibirán mimos y protección, pero yo he visto con mis propios ojos a muchos otros que no tienen tanta suerte y viven enjaulados, hacinados en perreras de mala muerte y en condiciones muy duras porque no hay donde meterlos a todos. Las protectoras necesitan toda la ayuda que les podamos dar: una donación, hacerse socio, colaborar en eventos, ofrecer su casa como he hecho yo, adoptar... En mi caso concreto puedo decir que desde el instante en que estos dos bichos han llegado mi vida es claramente mejor de lo que era cinco minutos antes; solo llevan 24 horas conmigo y ya soy más feliz, no puedo decirlo más claro. Si quieren compartir esta alegría ya saben.

Les dejo por hoy que quiero achuchar un poco a mi nuevo vecino a la espera de que la otra se deje también; quédense con este chiste que he visto y que me ha encantado, ya firmaría yo algo así...


(Link a la segunda parte del post)