El plan

No sé cómo funcionarán las cosas en otros países pero imagino que mis lectores no españoles se harán una idea: en España para tener un puesto de funcionario del Estado tienes que pasar unos exámenes (oposiciones) con unos temarios predefinidos.

Aparte de mi trabajo principal, como ya saben en el departamento de IT de una superconocida multinacional, también soy profesor de Informática en una academia que prepara a gente que quiere presentarse a oposiciones. Pues bien, anoche firmé el contrato para mi tercer empleo como escritor de contenidos de Informática para los libros de temarios de oposiciones oficiales que publica una editorial de distribución nacional. No está mal para un tipo que no hace tanto se ganaba la vida con sus manos, ¿eh?

Esto va a ser una paliza porque las fechas de entrega no dejan mucho margen y ya estaba bastante saturado de trabajo; de hecho en las últimas semanas he tenido que acordar posponer una oferta de empleo al año que viene y también he rechazado proyectos de software tan interesantes como absorbentes y por tanto imposibles ahora mismo para mí. Pero claro, no es lo mismo tener tres trabajos sufriendo como un perro como estuve antes, que tener tres trabajos haciendo cosas que me encantan en una profesión súper bien valorada y en la que todo el mundo me trata ultramegagenial. Me esforzaré lo que me tenga que esforzar, haré un trabajo lo más excelente posible, cumpliré de sobra con los plazos, ayudaré todo lo que pueda a mis empresas y a mis compañeros a tener éxito, y las cosas acabarán saliendo bien.

Algunos de ustedes me han acompañado durante todo este largo proceso de cambio de vida: párense a pensar un momento en cómo estaba antes, cómo estoy hoy, y lo que ha habido en medio y el precio que he tenido que pagar para llegar hasta aquí. Hace un año les dije "aún no he llegado a mi destino pero ya veo tierra", después "ya tengo los dos pies en la playa", y siguiendo este hilo hoy les puedo contar que me he fabricado una cabaña bastante cómoda, me he hecho amigo de un grupo de bonobos y me encanta la leche de coco. Esta aventura está aún lejos de haber terminado y sé que tengo todavía por delante mucho por descubrir y muchos problemas que seguro que surgirán, pero de momento la cosa marcha.