Las multas son incompatibles con la democracia, porque no son iguales para todos: por ejemplo, si un multimillonario y yo aparcamos nuestros coches en el mismo lugar prohibido, la misma multa que me pongan a los dos a mí me puede destrozar el presupuesto del mes y el rico se limpiará los mocos con ella y mañana aparcará en el mismo sitio sin preocuparse por nada. En mi opinión, para que el Sistema fuera justo de verdad los castigos por infringir la ley deberían ser personales: siguiendo con el ejemplo, si el millonario y yo aparcamos mal y nos castigan con un fin de semana de servicios sociales ahí sí que la sanción será igual para los dos tengamos el dinero que tengamos.
El alcalde de Vilnius (Lituania) se encontró justamente con este mismo problema: a los ricos les dan igual las multas, así que constantemente había supercochazos aparcados en zonas prohibidas molestando a los ciudadanos. Pero se ve que mi solución de los trabajos sociales se le quedaba corta, y hay que reconocer que la que se le ha ocurrido a él es más divertida... El vídeo está en inglés pero las imágenes hablan por sí solas:
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