El buscador traicionero

Ayer estuve en una entrevista para la televisión (por la protectora de animales AAGC) y, como la cosa salió superbién, me preguntaron si me importaría hacer algunas otras apariciones mediáticas. Yo por supuesto les dije que mientras no interfiera con mis obligaciones todo lo que sea ayudar a los bichos abandonados me parece genial y pueden contar conmigo, y hace un rato estaba comentando el asunto con una amiga y me dijo "oye, a ver si de esta te vas a hacer famoso".

Le conté que en realidad "famoso" ya soy: aparte de que cuando me han reconocido por ahí (pasa muy poco), resulta que Google me tiene como número 1 en muchos temas así que hay mucha gente en todo el mundo a la que le suena la palabra "Mandelrot" de aquella vez que buscaron algo que les interesaba y conocieron de pasada el blog. Algunos ejemplos:




Teniendo en cuenta que en todo el mundo hay gente que se mata simplemente por conseguir llegar a la primera página de Google, y que incluso hay una profesión destinada a esto (con profesionales súper bien pagados, por cierto), la verdad es que la cosa de primeras impresiona. Pero si lo piensas fríamente te das cuenta de que 1) a mí en realidad esto no me beneficia en nada práctico, y 2) yo hago mi blog simplemente porque me gusta, publico lo que me da la gana y haría lo mismo para cero lectores o para 100 millones. Así que todo esto es muy bonito y muy aparente, pero con los pies en el planeta Tierra tampoco me cambia nada.

Les cuento esto para introducirles lo que me ha pasado cuando le iba a enseñar a mi amiga lo de Google, y el buscador me ha hecho las sugerencias basadas en las cosas que más buscan los internautas:


Esto me hizo a mí soltar una risa sin darle importancia, pero mi amiga se acordó de la madre que parió a todos los internautas. La situación de mosqueo momentáneo me recordó otra de hace un par de semanas en la que le pregunté a un taxista por un restaurante: el tipo sacó el móvil, pulsó el buscador... Y lo primero que apareció en memoria fue "VÍDEOS PORNO". El tipo se quedó blanco y dijo "Dios, qué vergüenza" y yo para engrasar un poco la tensión comenté: "ya me imagino que las horas de taxi se harán muy largas...".