Cosas que he ido aprendiendo con el tiempo: los besos perdidos


(Aquí tienen la tira online)

Antes de ir al tema de este post les contaré como introducción que acabo de terminarme una serie anime que se llama algo así como "el amor es la guerra". Es una absoluta obra maestra de la narración y tiene detalles creativos espectacularmente brillantes, pero no solo no pasará a la Historia del Arte (donde debería estar) sino que nadie se dará cuenta de lo perfecta que es y dentro de un tiempo ni los fans se acordarán de ella. ¿Por qué? Pues porque se trata de una comedia romántica ligera y boba, muy graciosa pero sin ningún trasfondo (aparente) más allá. Si la misma perfección y el mismo talento, la misma calidad técnica y los mismos detalles de pura genialidad se los pusieras a un drama de Hollywood arrasaría en taquilla y en los Oscars; pero como es una comedia chiclosa de animación japonesa nadie se dará cuenta de que están ahí. Lástima.

Bueno, la cosa va de que dos estudiantes ultramegaperfectos están secretamente enamorados el uno del otro; pero como los dos son tremendamente orgullosos ambos actúan de manera absolutamente fría y comedida en su relación cotidiana evitando mostrar algo que les pueda ocasionar un rechazo (que les sería imposible de soportar). Y claro, como en el fondo lo que quieren es estar juntos, su solución individual es intentar forzar al otro a mostrar sus sentimientos primero; y para ello van buscando situaciones o recurriendo a estrategias y trucos cada vez más disparatados y descacharrantes. Así que la acción transcurre en una guerra fría de dos colosos intelectuales que a la vez son dos pigmeos afectivos, que desean estar con la persona a la que aman y no saben cómo. Fin de la introducción.

Una de las lecciones más importantes que he aprendido con la experiencia, y que más habría influido en mi felicidad de haberla tenido clara antes, es que hay cosas que no pasan dos veces. Habrá otras oportunidades que aparentemente serán iguales, pero no. El beso que le quisiste dar a esa persona especial y no le diste ya se esfumó; mañana le podrás dar uno nuevo, pero no será aquel sino otro distinto y con su propia vida igual de corta. Es decir, si hubieras dado el de ayer y el de hoy te habrías podido morir con dos besos en tu haber, pero te vas a morir solo con uno. El de hoy se perdió para siempre. Lo perdiste tú para siempre.

Claro, en la vida no todo depende de uno mismo y hay veces en que las circunstancias te hacen imposible cumplir con tus deseos; pero otras -la mayoría- se trata del miedo, del orgullo, del bloqueo interior o de simplemente hacer el idiota y tomar malas decisiones. Y esto vale para todo: para las cosas que quisiste decir o hacer y no hiciste, y para las veces que quisiste negarte a algo y no te negaste. Mañana podrás corregirlo, pero el día de hoy no lo hiciste y este fue un día menos que avanzaste en tu vida. Pararse a pensar puede estar bien y servirte para avanzar más rápido cuando por fin te decidas, saberlo y no poder porque tú mismo te lo impides solo sirve para retrasarte en tu camino. En el menos malo de los casos podrás superarte y actuar tarde (y será una victoria), pero el tiempo que pasó entre que lo supiste y que lo hiciste fue un tiempo peor, un trozo de tu vida de peor calidad, que lo que debía haber sido. Todo tiene un coste y un solo momento de una existencia limitada es un coste demasiado alto.

Así que lo que he aprendido sobre esto con el tiempo es a hacer lo correcto, a decidir lo que realmente quiero, a decir lo que creo o lo que siento, a negarme a lo que no me parece bien, y a hacerlo ya. Si me rechazan, que me rechacen; si me rompen el corazón, que me lo rompan; si pierdo a alguien importante, que se vaya; si se me cierran puertas, que se cierren; y si tengo que pagar otras consecuencias por malas que sean, las pagaré y seguiré adelante. Si algo tengo claro hoy es que los días negros son menos malos que los grises: solo tengo una vida y se me han perdido ya demasiados besos, esos besos me pertenecen y los que están por llegar serán cada vez menos. En lo que de mí dependa me esforzaré todo lo que pueda para no dejar escapar ninguno más.