España

Cuando últimamente he traído al blog algunos ejemplos de las leyes de Apartheid feminazi españolas algunos de mis lectores me han escrito para decirme que estaba exagerando y que la cosa no era para tanto, así que les voy a contar una anécdota que me ha pasado muy recientemente.

Estaba en una situación en que una mujer que conozco me estaba intentando colar una historia evidentemente falsa (lo sabíamos los dos), y como yo no tenía ganas de perder el tiempo con cuentos de este tipo que ya le había oído muchas veces antes, dije simplemente "no me lo cuentes, me da igual". Como reacción a esto me acusó dos veces de "actitud machista": la primera pensé que había oído mal porque esta mujer aparentemente es casi normal y porque uno nunca piensa que estas cosas le pueden pasar también a él, pero cuando lo repitió insistiendo en lo mismo poco después me saltaron todas las alarmas en la cabeza. Como soy un tipo muy tranquilo y pase lo que pase a mi alrededor siempre pienso antes que actuar, y desde luego jamás se me ocurriría ponerme a discutir con una mujer española que sabe cómo son las leyes por aquí, que empieza a asomar detalles feminazis y que en cualquier momento puede sacarse una subvención solo por señalarme con cualquier excusa, aunque mi primera reacción fue "tengo que sacar a esta tía de mi vida cuanto antes y para siempre" decidí simplemente pasar del comentario de momento pero empezar a hacer algunas llamadas para poder poner tierra de por medio instantánea y definitivamente si veo que la cosa continúa en una dirección que me dé mala espina.

Una de las personas con las que estuve hablando (hombre) me dijo que podía "hablar del asunto", "buscar soluciones" y demás: yo le respondí que con los maltratadores no se negocia ni hay nada que discutir, simplemente si intentan abusar de ti una vez o lo cortas de raíz o tragas para siempre. Aparte de este contacto el resto lo entendió perfectamente y de hecho una mujer con la que también hablé (extranjera) me dijo "no esperes, ven ya". Esta chica, por cierto, sabe de lo que habla porque ella está divorciada de un marido hiperceloso y violento y está vacunada contra la gente tóxica.

En fin, la cosa puede tener más recorrido o puede quedarse en un comentario estúpido y nada más; pero cuando en la Alabama de los 50 un blanco le decía a un negro "oye, negro, te veo un poco delincuente" fuera o no en serio el negro tenía motivos más que suficientes para ponerse a pensar. En la España de los 20 hemos conseguido que una mujer sepa que le puede decir a un hombre "oye, negro, te veo un poco machista" porque sabe que esa frase tiene implicaciones. La anécdota personal es lo de menos (si en algún momento ven que paso un tiempo sin escribir ya saben por qué), lo que quería compartir con ustedes es el contexto y decirles a esos lectores que me han escrito que esto no es teórico, no les pasa solo a otros, no es algo que ocurra en sitios lejanos o a gente anónima del quinto pino: es real, ocurre aquí y ahora, y no va a mejorar. No lo olviden, negros.