El plan

Me he vuelto a meter en un embolao otra vez. Pero verán que vale la pena: estoy todavía con las obras que no doy para más (en un rato me toca picar suelos para pasar unos tubos de cables eléctricos, y mañana cimentar los soportes de unas rejas) y ya no sé ni cuándo voy a hacer el traslado a mi nueva casa, tenía previsto fundirme las próximas dos semanas a tope para tenerlo todo listo cuando antes... Y ayer me avisaron de que he sido admitido en este curso, que es una súper oportunidad irrechazable y por supuesto no he tardado ni un microsegundo en aceptar. Hablé con mis jefes para cambiar mis horarios de trabajo para poder hacerlo (estamos hablando de cuatro horas diarias de lunes a viernes, de aquí a febrero), y me incorporo este próximo miércoles.

Todavía ni tengo idea de cómo me las voy a arreglar para combinar 12 horas diarias de trabajo + estudios con el fitness, ahora las obras y lo que es vivir, pero me las tendré que arreglar como sea. Estamos hablando de ganar en solo unos meses una profesión especializada en un área totalmente nueva y en la que hay una tremenda falta de personal, ¡y además pudiendo entrar en el mundo del cine! No sé si al final usaré esto para algo o seguiré donde estoy, pero sí sé que sacrificar unos meses de mi vida no es nada en comparación con lo que podría ser en el futuro contar con una puerta más para salir adelante si fuera necesario. Mi decisión es a priori correcta, pase lo que pase después.

Hace unos cinco años tenía una carrera súper exitosa en el turismo spa/wellness y en teoría mi vida estaba encaminada, cuando me puse a estudiar programación (con todos los sacrificios que en su momento compartí con ustedes). Siendo aún un estudiante me reclutó una súper famosa mundialmente compañía automovilística (donde aún estoy), y empecé a trabajar en el departamento de Informática en calidad de último mono. Al cabo de un tiempo mi actual jefe vino a conocerme y me ofreció un puesto en un departamento estratégico interno de la empresa, y allí estoy actualmente. Es un puesto de pensar muy interesante y donde puedo exprimir bastante bien algunas de mis cualidades, y en cuanto a lo que es la vida diaria en la empresa ya puedo decir que no necesito más. Después de tantos sacrificios para estar donde estoy ¿por qué complicarme la vida sacrificándome más, cuando ni siquiera sé si es un camino que después voy a seguir?

Respuestas: porque me gusta, porque si tengo una oportunidad de mejorar personal y profesionalmente eso siempre me interesa, porque los cambios no solo no me asustan sino que me encantan (si son oportunidades para bien, por supuesto), porque no tengo ataduras que me impidan hacer cualquier cosa o irme a cualquier sitio, porque tengo 49 años y soy consciente de que los trenes profesionales que no tome ahora posiblemente dentro de unos años ya habrán pasado y no volverán, porque soy adicto a la victoria y porque quiero conseguir una más sin importarme lo que me cueste. Veremos qué pasa.