Los pobres del futuro

(Captura tomada hoy mismo en Idealista).

Introducción: empiezo por contarles que yo compré hace 10 meses (verano de 2021) mi apartamento por 52.000 euros. Estuve dos largos años mirando y esperando a que saliera un chollo ultrabarato, porque mi objetivo no era comprar una casa donde vivir a futuro sino tener un "lugar de último recurso" para blindarme todo lo posible ante cualquier catástrofe y no necesariamente que sea mi casa para siempre. Hay gente que tiene unas perspectivas vitales más o menos fijas e invierte en eso, pero yo no tengo anclas a nada y sé que mañana podría aparecer en cualquier sitio del mundo si se diera una oportunidad; así que la idea no era poner toda la carne en el asador por "mi casa", sino tener un "plan B permanente" y por tanto con una inversión mínima que no me moleste si me surgen otros planes.

Así que mis criterios eran conseguir algo de máximo 60.000 euros (hipoteca fija máxima 200 euros al mes), y eso siempre que estuviera en un sitio en el que no necesitara pagar transportes; si tengo que usar coche para ir a trabajar eso se lo tendría que descontar al precio para no pasarme del límite. 

Claro, como ven en la imagen de arriba lo que hay en Las Palmas por esos precios es auténtica basura: viviendas en ruinas, zonas de mierda, sitios más allá de donde San Pancracio perdió la boina y que me obligarían a sumar coche a mis gastos corrientes... Un desastre, vamos. Pero después de dos años mirando, llamando y viendo cómo las cosas que valían la pena desaparecían en minutos, por fin llegó la recompensa a mi paciencia. 

Una mañana me levanté, me puse a desayunar como todos los días con las novedades inmobiliarias en la pantalla, y se me pusieron tiesas las orejas al ver un anuncio que no tenía nada que ver con lo demás. Un apartamento de 60m2 en un sitio espectacular al lado del mar (un antiguo pueblito de pescadores en medio de un parque natural dentro de la misma ciudad, y con dos playas cerca a las que se puede ir dando un paseo), y en el que se podía entrar a vivir sin tener que reformar nada. ¿Por qué estaba tan barato? Bueno, primero porque es un apartamento interior sin salida directa a la calle (pero sí tiene dos patios que dan luz y ventilación a toda la casa, y a mí eso me vale); pero sobre todo la cosa es que era un activo bancario que había estado okupado y por lo visto la entidad al recuperarlo se lo quería quitar de enmedio ya.

Y "ya" era "yo": llamé, quedé para ir a visitarlo lo antes posible y en cuanto lo vi le dije a la comercial "me lo quedo". Ni hice oferta para regatear nada, el amigo que me acompañó me dijo "si no lo quieres me lo compro yo" y es que era imposible de rechazar.

Resultado: tengo una hipoteca a 30 años a tipo fijo, pago 165 euros (o sea nada) que jamás van a subir y que con la inflación en realidad será como si tendieran a cero, si quiero irme a cualquier sitio puedo seguir pagando esto como si nada y ahí estará siempre si lo necesito, y si me quiero quedar tengo un sitio para jubilarme que, ante cualquier catástrofe, es una red de protección bastante razonable y me permite dormir tranquilo sabiendo que algo muy gordo tendría que pasar para que no pudiera sobrevivir y si fuera así la casa sería el menor de mis problemas.

Fin de la introducción, voy con el tema que responde al título de este post.

(Foto de Benjamin Disinger en Unsplash)

Hace nada estaba hablando con un amigo de cómo será la sociedad del futuro próximo y, llegados a un momento de la conversación, yo le dije que nuestros hijos van a tener un problemón cuando se jubilen. "Mucha gente no va a poder comprar nunca una casa, y cuando lleguen a la jubilación verán cómo tienen una pensión que no les da para pagar el alquiler y todo lo demás. Dentro de las clases media-bajas habrá tres tipos principales de viejos: los que sí tengan un sitio propio para vivir y puedan tirar para adelante con una pensión que al menos les dé para los gastos de supervivencia, los que estarán casados y entre los dos más o menos se podrán permitir pagar alquileres aunque sean en sitios miserables, y los solteros sin casa que tendrán que resignarse a compartir piso en sus últimos años porque no se podrán permitir ni siquiera una vivienda privada. Y ojo porque algunos casados se confiarán y luego les podrá pasar algo que les deje solteros y caigan en el tercer grupo".

Ante esta perspectiva le dije a mi amigo que cuando sus hijas se hagan adultas les insista en comprar alguna propiedad lo antes posible, y pagar la hipoteca lo antes posible. Yo nunca pensé en esto porque no tenía claro mi camino (y sigo sin tenerlo, pero ya tenía que hacer algo para asegurar mi jubilación por si acaso); pero la sensación de llegar por ejemplo a los 50 sabiendo que ya tienes hechos los deberes, que no dependes de nadie y que "tienes algo" para el peor de los casos, es impagable. Seguramente sus hijas cada vez mi amigo se ponga pesado con esto dirán "ya está Papá con sus rollos otra vez"... Pero mejor que solo tengan que pensar eso, y no "por qué no le hice caso".