Tattoo

(Vía Vitónica). Me ha recordado a un libro de Eduardo Mendoza que ahora no recuerdo si era El misterio de la cripta embrujada o su segunda parte, El laberinto de las aceitunas (ambos absolutamente geniales), en que llegados a un momento el protagonista como no tiene zapatos para su traje se pinta los pies de negro. Aficionado.