Es por tu bien

Gráfico oficial del Estado (publicado por la AIREF) sobre los impuestos al trabajo en España en 2023:

El salario mínimo en España es de 15.120 euros anuales. A un trabajador que malvive con eso el Estado le quita directamente (ya en frío, sin gastar nada) un 40% de lo que gana; y luego viene toda la sangría al comprar cosas o consumir cualquier tipo de producto o servicio que también lleva su correspondiente impuesto. Y la casa donde vive (suya o de alquiler) también paga impuestos que evidentemente saldrán de su bolsillo, suponiendo que se pueda permitir un coche pagará impuestos al comprarlo, al echarle combustible o pagar mantenimientos y al venderlo después, etc. Y si no puede pagarse un coche y va todos los días al trabajo en autobús, por supuesto el Estado le dará la correspondiente mordida también. Y esto son los pobres, miren lo que pasa con los que ganan más pasta y (por ejemplo) entenderán por qué el talento se nos va.

Da igual el nombre que le quieras poner al impuesto X o al impuesto Y, o en concepto de qué le saques un céntimo aquí o el otro allá: la cosa es que al final del mes los ciudadanos, en sí mismos y no en lo que les ha parasitado el sector público, solo se pueden quedar con una fracción de lo que ganan. La próxima vez que oigan a alguien hablarles de subvencionar todo tipo de mierdas que ustedes no pagarían si no les obligaran y que solo se sostienen porque el tipo del despacho les saca por la fuerza la pasta de sus bolsillos para alimentar a su legión de mamíferos acuérdense de esto. ¡Sosialihmo o muette!