Una charla con Asimov

Para que entiendan la profunda emoción que me ha causado el vídeo que les traigo hoy tengo que empezar con una pequeña historia. La primera novia que tuve me regaló en mi 13 cumpleaños -sí, ya- un libro llamado "Los límites de la Fundación", de un tal Isaac Asimov. Es la primera novela de ciencia ficción que recuerdo, y después de ella me leí los libros que venían antes y después porque la historia de las Fundaciones resultó ser toda una saga.

Como ya conocía a Asimov me picó la curiosidad cuando vi unos libros suyos que no eran novelas, sino ensayos de divulgación científica: como eran en formato bolsillo y muy breves decidí comprármelos, se llamaban "Marte, el planeta rojo" y "De Saturno a Plutón". Ahí conocí lo que era el Sistema Solar, los planetas y sus tipos... Y sobre todo, lo más importante, fue la primera vez en mi vida que disfruté aprendiendo sobre ciencia. Porque este tipo tenía un don: te contaba cosas increíblemente abstrusas de una forma taaaaan entretenida, tan amena y fácil, que te divertías aunque no quisieras... Devoré los dos libros en una tarde y al día siguiente entraba a la librería como un poseso a por más: "Alpha Centauri, la estrella más próxima" abrió un largo etcétera.

Con Asimov tuve contacto con muy distintas ramas del saber, porque este supergenio le daba a todo; además disfruté con sus novelas sobre robots en las que sentó cátedra para siempre -la palabra "Mandelrot" tiene que ver un poco con uno de sus personajes, ésa es otra historia- y las contradicciones lógicas y filosóficas que a veces planteaba; y es más, mi primera gran novela seria, una historia llamada "El Viajero" que ahora mismo tengo en la nevera pero que dentro de un tiempo compartiré con ustedes, tuvo una primera referencia lejana en las preguntas y las dudas morales que se me dispararon en la cabeza después de haber leído una de sus obras.

Termino esta introducción contándoles que aún recuerdo vivamente el día en que me enteré de que Isaac Asimov había muerto. Yo rondaba los veinte años y estaba en la residencia de estudiantes donde vivía, y nada más salir del comedor fui con unos compañeros a la zona de ocio; estaban hablando en las noticias del inicio de la guerra en Bosnia y yo no prestaba mucha atención, pero un rato después mencionaron de pasada la muerte del gran Asimov y yo di un salto saliéndome instantáneamente de la conversación, poniéndome en pie y acercándome a la tele para escuchar con toda atención lo que acababa de oír. Aunque ninguno de mis colegas prácticamente le conocía y por supuesto no entendieron a qué venía tanta conmoción, les puedo asegurar que yo sufrí de verdad al saberlo y me sentí profundamente triste durante días. Aún más: hoy, en el momento de escribir estas palabras, no he podido evitar que por un instante se me saltaran las lágrimas.

Además de los muchísimos ratos de gran felicidad que he tenido en mi vida gracias a él, mi amor por la ciencia nació de su mano y, como eso es algo que en parte me define, puedo decir que hoy soy el que soy y mi vida es la que es también por la influencia de Isaac Asimov. Desde el día en que aquella novia me regaló aquel libro del que no había oído ni hablar hasta hoy que estoy aquí sentado escribiendo en mi blog para mis lectores, nada ha sido igual.

Ahora sí, creo que podrán hacerse una idea de lo que he sentido al verla y lo que significa para mí dejarles con esta entrevista realizada en 1982 con el más grande divulgador científico de todos los tiempos.



(Visto en Fogonazos)

3 comentarios:

  1. Pues sí que tuvo que ser un erudito! por cómo lo has contado me dan ganas de comprarme uno de esos libros de bolsillo (para empezar y después ya veremos)para ver si de una vez consigo aprender algo de astronomía.

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  2. No sólo por ser un erudito, sino porque lo de genio no es sólo una manera de hablar: aparte de que tenía un CI de superdotado (y creo recordar que era miembro de honor de Mensa, ahora mismo no estoy del todo seguro) su biografía está llena de detalles que te dejan asombrado empezando porque, cuando era un niño y su familia llegó como inmigrante a los USA, él aprendió el inglés inmediatamente y se lo enseñó a los demás. Una bestia el tío.

    Lo malo de sus libros es que ya están muy desfasados porque en dos décadas la ciencia ha dado un salto enorme; yo tenía por puro cariño aún algunos de ellos en casa, pero al releerlos me di cuenta de que ya no valía la pena... Hoy esa función (o su equivalente) está en muchas webs de gente muy generosa y desinteresada que comparten con los demás sus conocimientos, cada uno en su especialidad científica; lo que pasa es que otros con ese don didáctico de Asimov es muy difícil que aparezcan...

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  3. Simplemente para que se hagan una idea de cómo era este hombre, en esta página tienen una lista de algunas sus obras -se pueden descargar- que abarcan temas de lo más diverso. ¡Hay personas que no deberían morir!

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