Al otro lado del cristal

4 comentarios:

  1. La verdad es que uno no se da cuenta de lo enormes que son estos bichos hasta que los ve comparados con una referencia que conoce; 180 kilos de belleza mortal...

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  2. Solo da pena que para nosotros poder contemplarlos, tengan que estar ellos en una pecera.

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  3. Absolutamente de acuerdo: yo jamás he ido a un zoo y no pienso ir en mi vida, me parece una aberración... Y encima ahora hay mucha gente que los justifica diciendo que determinadas especies sólo pueden vivir en zoos; o sea, nos cargamos sus hábitats y encima defendemos que vivan prisioneros para que nos divirtamos contemplándonos. Genial, ¿eh?

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