Éxito (actualizado)

Hace años estuve colaborando con una pequeña editorial -aunque de distribución nacional- llamada Zócalo. Hoy ha crecido bastante gracias al gran trabajo y el sacrificio de los que allí siguen, pero por aquel entonces nuestra tirada estándar para cada libro era de 200 ejemplares, nos quedábamos contentos si en unos meses lográbamos liquidarla toda o casi toda (un día les hablaré de la realidad del negocio de vender libros en España, van a flipar) y solo en casos de éxito fulminante sacábamos una segunda edición. Y esto teniendo en cuenta que no publicábamos cualquier cosa y teníamos bastantes filtros, nuestros libros eran muy baratos y no había tochos -la regla de oro: nadie compra un libro de un desconocido si vale más de 10 euros y tiene más de 200 páginas-, y nos movíamos bastante para venderlos haciendo presentaciones, estando en ferias y días del libro y colocándolos en todas partes.

Con esta experiencia detrás publiqué como saben El Viajero este lunes, y aunque no fuera por dinero me puse el "límite mental" del éxito en conseguir que al final se lo hubieran descargado 200 personas. La situación no es comparable con la de Zócalo porque mi trilogía es gratis, pero es que yo como escritor soy desconocido y estamos hablando de 500 páginas en total... En fin, a efectos prácticos no cambia nada que se la bajen 20 o 200 porque el único beneficio que obtengo es la felicidad de compartir mi obra; si ustedes saben lo que es estar orgulloso de algo y enseñárselo a los demás ("y este es el cuarto de invitados", "pesó tres kilos doscientos", "todavía huele a nuevo", "solo consume cuatro litros a los cien") sabrán perfectamente a lo que me refiero.

Pues bien, aunque solo fuera por la pequeña ilusioncita de llegar algún día a ese límite de los 200 puse un contador en las descargas de la novela; simplemente para mí, ya saben que soy un tipo bastante discreto para estas cosas... Esta semana de "vacaciones" he estado metido en otros asuntos y hasta hoy domingo no he podido ponerme al día con el ordenador, pero esta mañana me he encontrado con esto:

Teniendo en cuenta que aún no ha pasado ni una semana entenderán que me he quedado boquiabierto... Como curiosidad al margen también les puedo decir que 25 personas lo han comprado en papel, a pesar de que en total con impuestos y gastos de envío cuesta 25 euros. No sé si será porque les ha gustado y querían tenerlo en la estantería, o para regalar, o qué... Pero con lo difíciles que están las cosas personalmente les doy muchísimo valor. Tampoco me voy a olvidar de una persona que me ha escrito para decirme "me ha encantado y he decidido comprarlo en e-book porque me parecía mal no pagar algo"; son dos euros y medio que pueden parecer una tontería, pero es que ya solo el gesto vale mucho más.

¿Qué puede uno decir en un momento así? Yo he puesto unos miles de horas de trabajo para ustedes, y he recibido como contrapartida una fantástica sensación para desayunar un domingo por la mañana. Les doy las gracias a todos, desde mis amigos y lectores que por lo que veo me han hecho un trabajo de publicidad impresionante -también yo les he machacado bastante, no me lo tengan en cuenta- hasta a mis amigos bloggers que han tenido el detallazo de recomendar El Viajero en sus páginas. A algunos de ustedes ni siquiera les conozco personalmente, pero ¿importa eso?

Un apunte final: además de agradecer muchísimo a los lectores que me están escribiendo mensajes de todo tipo pero siempre superpositivos, varias personas me han preguntado si tengo previsto abrir un foro o algún sistema para recoger públicamente sus comentarios sobre la novela. Cuando estaba trabajando en la publicación de la obra tenía previsto reservar un apartado en la web para esto, pero de momento no tengo tiempo material para ocuparme de mantener algo así... Veremos en el futuro, de momento al menos pueden comunicarse directamente conmigo y ya saben que no dejo a nadie sin responder. Aprovechen que aún no se me ha subido la fama a la cabeza... :-p

Actualización: ¡superada la barrera de las 1000 descargas! No llegó a ser antes de que se cumpliera la semana justa, pero por poco...