He de confesar que cuando Adrián me mandó este vídeo (aprovecho para insistirle de nuevo: a ver si recuperas tu blog que tus lectores seguimos ávidos) tardé en darme cuenta de que cómo funcionaba la ilusión óptica: miras fijamente la cruz del centro y te da la impresión de que las chicas que van pasando en las fotos a los lados son monstruosas... Pero no, al verlas en pausa te das cuenta de que es tu mente la que las deforma mezclando características de unas a otras: