Como habrán visto últimamente apenas aparezco por aquí; no por mi gusto, créanme, sino porque desde hace un par de semanas estoy viviendo en un nuevo apartamento y de momento estoy sin conexión fija a internet. He hecho un apaño para vincular el ordenador al teléfono móvil y con eso voy tirando, pero es TAN lento que por ejemplo ahora mismo llevo algo más de una hora para cargar un vídeo de YouTube de 2 minutos... Y va más o menos por el primer cuarto. La cuestión es que no sé cuándo mi acceso a la red volverá a la normalidad, así que por el momento habrá que tener paciencia; una vez más vuelvo a recomendarles que se suscriban para recibir automáticamente lo nuevo sin tener que estar mirando si hay algo desde la última vez que visitaron nuestro blog...
En fin, en la parte supermegapositiva de este apartamento está el hecho de que en el complejo viven un montón de gatos como creo que ya les había comentado; los bichos no son tontos y suelen huir de la mayoría de la gente que viene por aquí (gente local = bárbaros) y solo se acercan a los extranjeros y la gente mínimamente civilizada que no los maltrata. Ya saben ustedes que yo estoy absolutamente enamorado de los felinos, y parece que ellos se han dado cuenta de que conmigo están seguros y hay más o menos una docena de ellos que ya se puede decir que se han apropiado de mi casa; a mí me encanta tenerles por aquí (aunque tenga que pasarme media hora diaria limpiando pelos de gato que hay por todas partes) así que les dejo ir de acá para allá con total libertad, aunque en realidad no hacen más que seguirme y casi en cualquier momento puedo mirar abajo y encontrarme junto a mis pies tres o cuatro pares de ojos mirándome fijamente.
Hoy les he estado haciendo unas fotos a algunos de ellos y, a riesgo de parecerme a los padres recién estrenados que cuando vas a su casa te machacan dos horas con las fotos de sus hijos haciendo monerías, quiero compartirlas con ustedes. No se preocupen que en mi caso no voy a abusar y no son muchas...
A esta le gusta cogerse sus posturitas para dormir...
... Pero no es la única:
Una cosa que por mi experiencia le suele gustar a los gatos es apropiarse del sitio donde estabas tú hasta ese momento: te levantas del sillón un segundo y cuando vuelves está el gato mirándote como "el que se fue a Sevilla perdió su silla", y cosas así... Este aprovechó un instante en que me levanté de la mesa:
Y miren quién se me ha subido al escritorio mientras les redactaba el texto de la entrada: ¿no es bonito?
Actualización-bonus: después de haber publicado la entrada me acordé de El Juguete Definitivo Para Gatos, y le he fabricado uno a los míos que en cuanto se lo dejé por ahí se lanzaron a por él y no lo han dejado. El invento es tan fácil como coger una caja estrecha que tengan por ahí (las de paquetes de leche son geniales; yo no tenía a mano una tan grande pero me he apañado con lo que hay en casa, aunque no ha quedado perfecta) y hacerles dos agujeros a los lados para que quede tipo tubo. A los gatos les encanta meterse por sitios estrechos, y si encima hacen lo que yo y le ponen una cuerda en algún sitio (yo he atado a la cuerda una pelota de goma, pero no hace falta) verán que su mascota se pasa horas ahí metida e incluso si tienen varias verán que a veces habrá más de una intentando colarse. Simple y superefectivo...