Se me parte el alma, de verdad. Es cierto que algunos animalitos tienen mala suerte, se ponen enfermos y están solos, pero también es cierto que detrás de la gran mayoría de casos extremos hay acción, no omisión, acción humana. Tengo una relación estrecha con dos asociaciones que luchan por y para la protección animal y lo sé. Pero vamos, sin ir más lejos, en la Urbanización donde veraneo vivía una señora extranjera con diversos problemas que tenía una gatita. La señora apareció una mañana muerta en la playa. Los hijos vinieron, vendieron la casa y dejaron a la gatita fuera. Cada fin de semana y cada verano que íbamos, me parecía increíble cómo se había adaptado de pasar a vivir en una casa con una persona que la quería a ser callejera. Intentamos adoptarla pero no hubo manera, se había acostumbrado a vivir libre. El tema es que mientras estábamos allí no salía prácticamente de nuestro jardín y cuando nos íbamos le dejábamos sacos de pienso a una vecina para que no le faltara comida a la gatita. Este verano la encontramos desnutrida, casi ciega, con problemas incluso para andar... hecha un auténtico desastre. Respuesta de la vecina: "Venía todos los días a pedirme comida y agua pero bah, está muy vieja, para qué, que se muera y punto". Hablamos de una supuesta señora que acaba de jubilarse. Aún me estoy mordiendo la lengua. No sé cómo se puede ser tan hija de puta. Estaba tan débil la gatita que al fin pude cogerla y ahora está en lo que yo llamo su residencia de mayores de lujo. Es decir, mi casa. Bien atendida, con su rato diario de rascada de tripa, calentita y feliz. Todo este rollo no es más que, además de desahogarme un poquito, decir que entiendo a la gente a la que no les gusta los animales. Puedo incluso entender a la gente que participa en cacerías, de las que cumplen la normativa, por supuesto, pero a esa pandilla de malnacidos que disfrutan haciendo daño por hacer, porque todo lo que tienen en su interior es maldad pura y dura y cobardía, a animalitos, a esos no sólo no les entiendo, no hay nada que entender, sino que les deseo "justicia cósmica" que le llamo yo. El que todo lo que hacemos nos será devuelto en algún momento de la vida es algo en lo que desesperadamente quiero creer. Y si me da una pataleta de las gordas ante un daño brutal, incluso imagino que, cuando acabemos nuestro cometido aquí, iremos a un cielo gobernado por los animales. Ya sé, ellos jamás les harían nada a estos malnacidos, pues carecen de maldad. Pero la cara de gilipollas que se le iba a quedar a más de uno y el miedo atroz con el que "vivirían" un tiempo es algo que, oh, me hace sonreir.
Yo para estas cosas ni soy civilizado ni comprensivo: el que participa de hacer daño a un animal por cualquier causa que no sea supervivencia (eso incluye desde los cazadores que ahorcan a los perros hasta los aficionados a los toros, pasando por los que maltratan a sus mascotas y cualquier otro caso que se te pueda ocurrir) no merece vivir y no tiene derechos humanos; y si no fuera contra la ley yo estaría encantado de colaborar con devolverles su propia medicina. Más claro no puedo ser, creo yo.
En cuanto a la longitud del comentario, no te preocupes que no me hace falta que me autoricen a decir lo que pienso: si en algún momento algo me molesta te enterarás inmediatamente. Pero vamos, no hay que ponerse tremendo; no creo que se dé el caso... Además para eso justamente he reactivado esta función, aunque ya existieran otras posibilidades (Facebook o los mensajes privados). No es esta una web en la que la gente suela comentar mucho en abierto, pero a mí me gusta...
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Se me parte el alma, de verdad. Es cierto que algunos animalitos tienen mala suerte, se ponen enfermos y están solos, pero también es cierto que detrás de la gran mayoría de casos extremos hay acción, no omisión, acción humana. Tengo una relación estrecha con dos asociaciones que luchan por y para la protección animal y lo sé.
ResponderEliminarPero vamos, sin ir más lejos, en la Urbanización donde veraneo vivía una señora extranjera con diversos problemas que tenía una gatita. La señora apareció una mañana muerta en la playa. Los hijos vinieron, vendieron la casa y dejaron a la gatita fuera. Cada fin de semana y cada verano que íbamos, me parecía increíble cómo se había adaptado de pasar a vivir en una casa con una persona que la quería a ser callejera. Intentamos adoptarla pero no hubo manera, se había acostumbrado a vivir libre. El tema es que mientras estábamos allí no salía prácticamente de nuestro jardín y cuando nos íbamos le dejábamos sacos de pienso a una vecina para que no le faltara comida a la gatita. Este verano la encontramos desnutrida, casi ciega, con problemas incluso para andar... hecha un auténtico desastre. Respuesta de la vecina: "Venía todos los días a pedirme comida y agua pero bah, está muy vieja, para qué, que se muera y punto". Hablamos de una supuesta señora que acaba de jubilarse. Aún me estoy mordiendo la lengua. No sé cómo se puede ser tan hija de puta. Estaba tan débil la gatita que al fin pude cogerla y ahora está en lo que yo llamo su residencia de mayores de lujo. Es decir, mi casa. Bien atendida, con su rato diario de rascada de tripa, calentita y feliz.
Todo este rollo no es más que, además de desahogarme un poquito, decir que entiendo a la gente a la que no les gusta los animales. Puedo incluso entender a la gente que participa en cacerías, de las que cumplen la normativa, por supuesto, pero a esa pandilla de malnacidos que disfrutan haciendo daño por hacer, porque todo lo que tienen en su interior es maldad pura y dura y cobardía, a animalitos, a esos no sólo no les entiendo, no hay nada que entender, sino que les deseo "justicia cósmica" que le llamo yo. El que todo lo que hacemos nos será devuelto en algún momento de la vida es algo en lo que desesperadamente quiero creer.
Y si me da una pataleta de las gordas ante un daño brutal, incluso imagino que, cuando acabemos nuestro cometido aquí, iremos a un cielo gobernado por los animales. Ya sé, ellos jamás les harían nada a estos malnacidos, pues carecen de maldad. Pero la cara de gilipollas que se le iba a quedar a más de uno y el miedo atroz con el que "vivirían" un tiempo es algo que, oh, me hace sonreir.
Yo para estas cosas ni soy civilizado ni comprensivo: el que participa de hacer daño a un animal por cualquier causa que no sea supervivencia (eso incluye desde los cazadores que ahorcan a los perros hasta los aficionados a los toros, pasando por los que maltratan a sus mascotas y cualquier otro caso que se te pueda ocurrir) no merece vivir y no tiene derechos humanos; y si no fuera contra la ley yo estaría encantado de colaborar con devolverles su propia medicina. Más claro no puedo ser, creo yo.
ResponderEliminarEn cuanto a la longitud del comentario, no te preocupes que no me hace falta que me autoricen a decir lo que pienso: si en algún momento algo me molesta te enterarás inmediatamente. Pero vamos, no hay que ponerse tremendo; no creo que se dé el caso... Además para eso justamente he reactivado esta función, aunque ya existieran otras posibilidades (Facebook o los mensajes privados). No es esta una web en la que la gente suela comentar mucho en abierto, pero a mí me gusta...