¡Dejadme a mí, dejadme a mí!

Imagínense que vivimos en un lugar en el que existe la pena de muerte. No me voy a meter ahora ahora en si es bueno o malo, simplemente imagínense -a efectos de lo que les voy a decir- que por las razones que fuera estuviéramos todos de acuerdo en que es algo necesario y la cosa fuera así. Ok, pues si viéramos en este sitio evidentemente tendría que haber un verdugo que se encargara de ajusticiar a los condenados, así que habría que contratar a alguien para hacer el trabajo.

Ahora imagínense que hay unos tipos que se ofrecen voluntarios para hacerlo gratis. Es más, aparecen otros que dicen que están dispuestos a pagar dinero de su bolsillo para que les dejen matar a los presos. ¿Qué pensarían ustedes? Yo lo tengo claro: independientemente de que fuera una función social necesaria, de que al fin y al cabo alguien tuviera que hacerlo, a mí ver a unos tipos diciendo cada uno "dejadme matarlos a mí, dejadme matarlos a mí, yo pago lo que haga falta para hacerlo" me diría que o esas personas no están bien de la cabeza o que realmente son mala gente (más probablemente la segunda opción).

Todo esto se lo digo por unos mensajes que me he cruzado con un lector anónimo sobre el tema de la caza, en el que él intentaba justificarla por el beneficio de equilibrio natural que los cazadores realizan para mantener poblaciones animales a raya y blablablá. Aún imaginando que de hecho sea así y esta función "natural" sea necesaria, que alguien tenga que hacerlo, en mi opinión cualquiera que no solo disfrute haciéndolo gratis sino que hasta esté dispuesto a pagar por que le permitan matar animales es una mala persona, y una sociedad en la que se alientan estos comportamientos considerándolos un "deporte" (en España la federación de caza es la tercera con más número de afiliados, por cierto) tiene un serio problema. Pero claro, los que disfrutan matando no andan muy lejos de por ejemplo los que pagan por ver masacrar a un toro en una plaza o apuestan en peleas de perros; el problema no es mental suyo, sino social y de todos nosotros.