Un nuevo camino


En realidad todo lo que les voy a contar no se me ha ocurrido concretamente por mi 40 cumpleaños, que es dentro de mes y medio, sino por el nuevo trabajo en el que he comenzado recientemente y que me ha traído algunos cambios en mi vida que me han hecho pensar en lo que tengo y lo que quiero; pero vamos, seguro que la edad influye porque esto mismo lo podía haber pensado hace 12 años cuando empecé en otro centro parecido a donde estoy ahora y entonces (lamentablemente) ni se me pasaron estas cosas por la cabeza. Justamente por eso escribo esta entrada, también por compartirlo con ustedes pero sobre todo por si a alguien se le puede mover algo por dentro y a lo mejor se le ocurre hacer cambios en su vida para dirigirla a donde personalmente quiera.

Voy a dividirles mi reflexión interna en tres partes: un breve balance de lo que he conseguido hasta ahora, el nuevo objetivo que me he marcado para mi madurez, y (cronológicamente en medio de las otras dos) el plan que me he trazado para conseguirlo; y como siempre a partir de ahí iré a mi conclusión que es lo que de verdad quiero transmitirles. Vamos allá.

Primera parte: mi equipaje
El otro día estaba hablando con mi amigo George Kaplan y él me hablaba de gente que ambos conocemos: todos ya encaminados en la vida, con sus familias hechas y demás. Yo le dije: "todo el mundo ya ha sentado la cabeza y aquí parece que el único que vive como un adolescente soy yo". La verdad es que en cuanto a lo tangible no he avanzado nada desde los 15 años: no tengo familia propia ni responsabilidades de ningún tipo, vivo con lo puesto (de hecho con menos de lo puesto, porque me he comprado un coche nuevo hace poco y ahora me toca pagarlo), y afortunadamente ni tengo hipotecas ni grandes compromisos económicos. Para completar el cuadro debo añadir que acabo de empezar en un nuevo trabajo y las condiciones materiales son muy buenas (totalmente fuera del alcance de un profesional de mi sector que no tenga la formación y experiencia que tengo yo), así que también cuento con un buen sustento desde ahora y espero que en adelante.

Pero si el saldo "exterior" se acerca a cero, interiormente creo que estoy en el máximo: aparte de que todos los conocimientos profesionales o técnicos de cualquier tipo que haya podido adquirir, idiomas, cultura en general, como he dado muchos tumbos en la vida puedo contar ahora con una enorme "mundología" a la que le saco mucho partido constantemente; y por otra parte de todas las cualidades personales que he tenido que desarrollar al máximo a la fuerza para salir adelante creo que las que más destacan son las que se refieren a las relaciones sociales, que por cierto en realidad son las que menos me interesan aunque admito que de largo son las más útiles en el mundo actual.

Ahora bien, si lo pienso en realidad hay una cosa que es la mejor y que por sí sola vale la pena por 40 años de vagabundear por el mundo: me ha costado muchísimos sacrificios, sufrimiento, errores y lecciones duras, pero después de este largo camino por fin he conseguido descubrir cuál es mi verdadera esencia y encontrar el equilibrio conmigo mismo. Soy libre, me siento completo, soy exactamente la persona que quiero ser.

Segunda parte: hacia dónde quiero ir
Como les dije al principio, cuando hace 12 años empecé en un trabajo parecido al que tengo ahora no pensé en mirar hacia adelante: trabajaba como una bestia y ganaba una pasta, me la fundía en cosas de lo más diverso (viajes por todas partes, algunos lujos para mí, regalos para otros) y por supuesto con momentos buenos y malos lo cierto es que no tenía un plan de vida con un objetivo claro más allá de el día a día o de las siguientes vacaciones. Es inútil arrepentirse de lo que ya no se puede cambiar y además tuve muchos momentos buenos, pero ahora me doy cuenta de que entonces ni sabía quién era yo en realidad ni, por tanto, a partir de mi verdadera esencia no podía ver lo que era realmente importante para mí.

Ahora es muy distinto, claro. Ya sé lo que quiero, soy capaz de valorar el coste y los riesgos de mi meta, y una vez tengo esta consciencia que antes no tenía puedo aspirar a cosas para las que antes estaba ciego. Doce años después tengo una nueva oportunidad y esta vez la voy a aprovechar, me salga bien o mal.

Para el tipo de persona que yo soy hay dos cosas fundamentales en la vida: vivir lo más solo posible dentro de unas mínimas comodidades, y tener el máximo tiempo posible para mí. Esto en la práctica se traduce en que quiero vivir en un sitio sin vecinos (pero donde pueda tener servicios básicos: por ejemplo internet, o acceso a media distancia a algún sitio donde haya un supermercado o un centro médico), no me importa cambiar de país o irme al otro extremo del planeta si hace falta; y sobre todo disponer de unos ingresos que me hagan posible vivir sin trabajar para tener las 24 horas para dedicarme a mis hobbies freak, a escribir más libros, aprender las cosas que me interesan, etc. Esto último además me proporcionaría un superlujazo que creo que es uno de los sueños de cualquiera: no tener que ver a nadie a quien yo no quiera ver. Ni jefes, ni compañeros de trabajo, ni clientes, ni nadie excepto las personas que yo decida cuando yo decida. Suena genial, ¿verdad?

Tercera parte: el camino hasta la meta
Claro, cualquiera lee esto (sobre todo la parte del trabajo) y piensa: "no quiere poco el tío este". Efectivamente, y como sé que el listón está altísimo también estoy dispuesto a pagar, por adelantado y sin la seguridad de que las cosas salgan bien al final, con un sacrificio equivalente. La clave es evidentemente económica, y ya he tomado mis decisiones.

Como no juego a loterías ni me he casado con una viuda rica -por cierto que una rica joven sí me propuso una vez matrimonio y la rechacé, y dos veces viudas octogenarias con mucha pasta me ofrecieron irme a vivir con ellas y también dije "no"; pero esas son historias que no puedo detallar aquí- no puedo contar con herencias ni sorpresas; así que la única posibilidad que veo es conseguir el dinero suficiente para crear una empresa como socio capitalista (o bien contratar a alguien para que trabaje para mí) y dedicarme a vivir de las rentas. Así que mi primera meta parcial es "conseguir pasta".

Ahora tengo un trabajo bien pagado, mi vida es absolutamente mínima y en condiciones normales podría ahorrar algo; pero esto no es suficiente para lo que quiero, así que he decidido aumentar los ingresos al máximo trabajando todo lo posible en una jornada laboral que en temporada alta va a quedar entre 75 y 80 horas semanales; ya hice esto hace 12 años y pude con ello, aunque por supuesto a costa de sufrir dolores por todas partes y llegar a la cama al final del día como si me hubiera atropellado un camión. Pero vamos, me conozco y sé que puedo, estoy en un estado de forma espectacular y desde luego infinitamente mejor que antes, y mi disciplina es absoluta.

Por otra parte la verdad es que en lo que son gastos no veo por dónde recortar: tengo 6 pantalones que compré en las rebajas en el supermercado y 12 camisetas de la tienda de deportes, todo exactamente igual, y renuevo mi juego de ropa cada dos años como también hago con mis 4 juegos de calzado; no salgo, no fumo, no bebo, calculo al gramo todo lo que como y no compro dulces ni refrescos ni nada fuera de mi superdieta fitness; no espero tener que cambiar mi ordenador en años ni pienso comprarme otros lujos; y aunque fuera una persona gastona no veo cuándo podría hacerlo con la vida que voy a llevar a partir de ahora.

Vida que en temporada alta (de octubre a mayo) va a ser así: me levantaré a las 4:30 -esto lo hago ya, no hay cambios-, tres días a la semana voy al gimnasio a las 7 y los otros cuatro aprovecharé para dedicar tres horas a mis hobbies (importante, serán los únicos momentos que tenga para mí mismo así que son irrenunciables para mantener mi salud mental) y un rato a alguna tarea doméstica como cocinar o lavar mi ropa, luego al trabajo sin pausa hasta más o menos las 21:30... Y los días que termine un poco antes serán los que aproveche para seguir con mis clases de noruego para perfeccionar el idioma y de paso ir al supermercado que me queda de camino a la casa de mi profesora. Después de todo eso, directo a la cama lo antes posible. En temporada baja habrá menos clientes y me quedarán varias horas libres al día, pero como de todas formas tengo que estar pendiente de que aparezca alguien y pida tratamientos seguiré disponible 7 días a la semana y solo me tomaré libres trozos de 3-4 horas cuando sepa que no hay trabajo y exclusivamente para hacer las cosas necesarias para mi vida cotidiana.

Ya mi plan no suena tan idílico, ¿eh? Esto lo hice ya en su momento y sé que es posible; el sacrificio es brutal (recuerdo que cuando trabajaba así no tenía noción del tiempo, una vez me enteré de que estábamos a mediados de abril y yo tenía la idea de que estábamos empezando marzo) pero es que creo que es mi mejor opción. Imagínense que por ejemplo, por poner una fecha redonda, resulta que en 10 años consigo ahorrar lo suficiente y poner en marcha algo que me permita vivir sin trabajar cuando cumpla los 50; cada uno tendrá sus prioridades, teniendo en cuenta que estadísticamente puedo vivir hasta los 90 -o morirme mañana, claro- yo a priori cambio trabajar doble 10 años de mi vida, sin librar nunca ni permitirme ni el más mínimo lujo que me pueda apetecer como irme al cine o comprarme un paquete de chicles, por 40 de vacaciones después.


Es un gran riesgo, lo aceptas o no; muchísimas cosas pueden salir mal en los años que tenga que estar así y eso es algo que hay que asumir. Pero miren, desde hace unos de días que finalmente tomé mi decisión he notado dos efectos enormemente positivos en mi vida cotidiana: el primero es que ahora siento que tengo un objetivo en la vida, no estoy pensando simplemente en llegar al final del día para levantarme mañana sino que sé hacia dónde voy; no estoy perdido, tengo un plan que es como un mapa vital. Y el segundo, cada vez que tengo que tratar con la infinidad de subnormales que uno tiene que tragarse en este trabajo y encima sonriendo, ahora pienso: "esto sirve para algo, es un precio para conseguir lo que quieres". No se pueden imaginar lo que me alivia este pensamiento: nada me molesta, todo me resbala, por muy mala que se presente una situación no es más que un rato difícil que no significa nada en comparación el premio que espero conseguir. No es igual pagar una factura sin verle el sentido que saber que estás comprando una cosa que para ti vale mucho más en realidad que lo que ahora te cuesta.

Así que simplemente por esto, por todo lo que les he contado, siento que moral y espiritualmente todo esto es un gran paso adelante y desde ya está mejorando mi vida. A lo mejor mañana se me estropea el plan porque me echan del trabajo, o me lesiono gravemente y lo tengo que dejar yo, o sufro una catástrofe familiar y tengo que gastarme mis ahorros en solucionarla, o revienta la Unión Europea y al romperse el euro todos somos más pobres, o hay otra guerra civil en España, o se acaba el mundo por la siguiente chorrada que se ponga de moda cuando pase la de los mayas.

La cosa se puede fastidiar de mil y una formas, pero eso no es lo más importante. Lo más importante, al menos para mí, es no vivir con la sensación de estar caminando en círculos: tener un objetivo, saber hacia dónde me dirijo, pensar como un ganador que quiere triunfar en lo que se ha propuesto lo consiga o no.

(Nota para aquellos que han leído El Viajero: mi sensación ahora es exactamente la de Kyro cuando decide abandonar la Estación, en el último capítulo del libro segundo y justo cuando va a comenzar la nueva etapa de su viaje llamada "El Soldado". Seguro que saben a qué me refiero).

Como les expliqué al principio no les he escrito esta entrada simplemente para contarles qué quiero hacer yo con mi vida, que no tiene que interesar a nadie. Yo hace 12 años estuve en circunstancias equivalentes a las que tengo ahora, pero ahora veo que no estaba preparado para tomar las riendas de mi vida; por cierto que, haciendo un cálculo rápido con lo que gané en esa etapa, veo que si entonces me hubiera planteado todo esto ya estaría jubilado y me podría ahorrar los próximos años de sacrificio. Pero en fin, supongo que es una lección que tenía que aprender: la parte material es importante, pero aún más me lo parece la de evolución personal que me ha hecho ser el que soy hoy para estar preparado en el momento justo.

Mi momento es ahora, espero que a ustedes también les llegue el suyo y cada uno sepa encontrar su propio camino.

2 comentarios:

  1. El núcleo fundamental de la cuestión que planteas es la de si el momento en el que te encuentras (fruto de las decisiones y opciones que has tomado)te hace sentir una persona "plena" (con independencia de las posesiones materiales). Si hubieras tomado otros caminos y adoptado otras decisiones muy probablemente no existía el mandelrot que hoy conocemos. A partir de lo anterior y siempre que el proceso o camino que te ha llevado a ser lo que hoy eres haya sido satisfactorio para tí ( y a la vista de las ganacias inmateriales parece que así ha sido), no tiene mucho sentido mirar al pasado para resaltar el aspecto negativo material. Te conozco algo y partiendo de su inteligencia (superior a la media) y de la pasión que pones en todo lo que haces, estoy seguro de que cualquier cosa que te hubieses planteado hacer como alternativa o que te plantees de cara al futuro como alternativa te rsultará existosa (con independencia del tiempo que te tome realizarlas o de los imponderables que escapan a nuestro control). Como ya te dije en cierta ocasión, estoy convencido de que la felicidad consiste en pequeños pero intensos momentos que suceden en el proceso de alcanzar nuestras metas y objetivos.

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  2. Gracias por los piropos GK, realmente lo de la parte material lo ponía simplemente como parte del balance pero no me condiciona; de hecho, si me comparo con las ataduras que tienen otros, yo diría que salgo ganando... Sobre el futuro ¡quién sabe lo que puede pasar! Lo que venga depende de muchas cosas que no puedo controlar, yo haré mi parte para estar satisfecho conmigo mismo y de resto ya veremos.

    De todas formas mi caso es la anécdota que introduce la idea esencial: a todos nos llegan oportunidades que a veces aprovechamos y a veces dejamos pasar por muy diversas razones. A mí se me han ido unas cuantas y ahora espero saber dar el máximo para atrapar esta, si puedo hacer pensar a otros para quizá así ayudarles a dar el gran paso que en el fondo siempre han deseado habré conseguido algo...

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