Cómo saber si eres un mierda

La escena que les voy a contar sucedió hace unos días, pero me dejó tan impresionado que la he tenido quemándome en la cabeza hasta encontrar el momento de compartirla con ustedes. Tengo que empezar presentándoles a Romualdo -nombre ficticio, claro-, un excompañero masajista con el que trabajé hace bastantes años en un hotel de lujo. Romualdo es uno de los tipos menos serios, menos profesionales y menos fiables que he conocido nunca: me cae genial y es un tío con el que puedes hablar un rato y lo pasas bien porque es súper simpático, pero no dejas que te lleve ni de aquí a la esquina porque se le nota a la legua que es un vividor al que se le podría aplicar el dicho ese de "mucho pico y poca pala". Después de que lo echaran del hotel donde trabajábamos juntos por razones bastante graves, estuvo saltando entre otros de los que le echaron también; luego un día me lo encontré de camarero en un bar, años más tarde lo vi conduciendo una furgoneta de reparto, hace un par de semanas nos cruzamos por la calle y me habló de unos proyectos "de alto nivel" (comillas a propósito) en los que andaba metido, y así llegamos a lo de hace unos días cuando me lo encontré mientras estaba haciendo la compra en el supermercado.

La larga conversación fue de aurora boreal y solo con ella tendría material para veinte entradas en Mandelrot: por ejemplo y solo para que se hagan una idea, me ofreció trabajar de actor porno en la productora de un amigo suyo -se dedican a hacer y vender vídeos X en países donde el porno en Internet está prohibido, como los árabes o algunos asiáticos- porque me dijo que como tengo un cuerpo fitness encajaría muy bien. No les puedo contar lo que le respondí porque mi madre lee este blog y no quiero acabar de matarla después de los disgustos que le doy con El Lado Malo...

Bueno, el caso es que en un momento de la charla apareció una señora de unos 60 años -Romualdo tiene sobre los 35 más o menos- de un país del este de Europa, y él me la presentó como una amiga; en medio milisegundo me di cuenta de lo que era evidentísimo, eran algo más que eso. Mientras él hablaba conmigo ella estaba haciendo la compra (para los dos, claro) e interrumpió el trabajo para unirse a nosotros por un rato. Según Romualdo ella en su país, como era la hija de un "alto cargo" político de la época de antes de la caída del Muro, había tenido también un puesto "muy importante" (sigo con las comillas a propósito); yo, que ya tengo una mundología tremenda y muy rara vez fallo en estas cosas, desde el principio me di cuenta de que es una mujer con un carácter muy fuerte lo que le ha servido para hacer dinero en la vida a base de trabajo duro para sacar su empresa adelante -relacionada con el turismo internacional- y que, aunque sí podía ser verdad que viniera de una familia bien situada durante la Guerra Fría en su país, el hecho es que ahora estaba hablando simplemente con una currante de éxito que ahora se había encontrado con Romualdo y lo tenía de amante cutre-salchichero medioparásito a falta de un hombre de verdad.

Ella prácticamente no hablaba nada de español, Romualdo aparte de "party-trinky-fiestapalbody" nada que no sea español, yo saltaba entre el español, el inglés, un chapurreao de noruego que ya soy capaz de soltar para que parezca que lo hablo y las tres palabras en ruso que me sé, y aquello era como un diálogo de besugos totalmente surrealista porque los tres nos partíamos de risa y nadie sabía qué coño estaba pasando allí.

Y ya vamos llegando a lo que me impresionó. Durante el rato de cháchara la señora hizo varias bromas irrespetuosas sobre que Romualdo estaba gordo y tenía que perder peso, sobre su sexualidad y demás (él se lo tomaba a risa); y en un determinado momento me preguntó si yo trabajaba dando masajes también a domicilio porque le gustaría tenerlo en cuenta para quizá contratarme alguna vez. Yo le dije "pero no hace falta que me llames a mí, tienes a un masajista aquí en casa" (señalando a Romualdo); ella lo miró con desprecio y dijo: "¿este? Este es un mierda, yo necesito a un profesional de verdad". Aunque él no hable prácticamente nada de inglés eso seguro que lo entendió perfectamente -además el lenguaje corporal era clarísimo-, y lo anterior también.

Yo soy un profesional altamente cualificado, y espero dentro de poco publicar aquí un proyecto de spa que he hecho para un potencial cliente que dejaría a más de uno con la boca abierta y que supera lo que cualquiera de los otros "top" mundiales sería capaz de hacer: ya verán una muestra por ustedes mismos, pero para que se hagan una idea he hecho yo solo la planificación de TODO el edificio piedra a piedra desde cero hasta el final; he hecho la distribución óptima calculando el mapa de ruido del centro y usando cálculos geométricos para conseguir que el cliente tenga que dar los mínimos pasos para llegar desde cualquier punto A hasta cualquier punto B; he inventado un sistema de cierre de seguridad de las puertas de las saunas basada en electroimanes que es simplemente flipante -y está mal que yo lo diga, pero es que es así- y supera con mucho lo que hay ahora mismo en el mercado; he hecho el diseño para que el propietario gaste el mínimo dinero posible en sueldos porque el mínimo número de personas pueda hacer más eficientemente todo el trabajo consiguiendo el máximo de calidad para el cliente; he calculado cada espacio, cada armario incluyendo la profundidad óptima para que el trabajador haga su trabajo lo más eficientemente posible, la colocación de cada enchufe exactamente donde tiene que ir; y ya como remate he hecho yo solito una representación en 3D de todo el edificio para que mi cliente vea exactamente de qué estamos hablando y cómo va a quedar. El proyecto entero tiene tres bloques (este es solo uno de ellos, luego hay otras cosas como un análisis económico completo, un plan de integración en los objetivos globales de la empresa y una propuesta detallada de expansión a otros centros de la cadena) y pasa de largo de las 50 páginas, y eso que me contuve muchísimo y lo hice a modo de resumen porque no quería saturar a mi cliente con un montón de cosas que de momento no necesita saber; aquí publicaré solo una pequeña muestra de la parte arquitectónica para explicar una cosa concreta que me gustaría enseñar al público que pueda estar interesado en el tema, pero a lo que voy es a que soy un tipo muy serio y un maniático obsesivo que se mata para que todo le salga lo más perfecto posible, y profesionalmente conseguir una preparación como la mía me ha costado muchísimas horas de esfuerzo y mientras por ejemplo Romualdo estaba en casa viendo la tele rascándose la barriga y comiendo pizza (o en el bar con alguna amante, se me había olvidado contarles que su exmujer le echó de su casa hace años por mujeriego después de muchísimos episodios muy humillantes) yo estaba clavando los codos aprendiendo idiomas, estudiando lo que fuera o haciendo horas extra.

Y claro, uno no es diferente en lo profesional que en la vida en general: si eres un vivalavírgen en el trabajo, un auténtico irresponsable y un tipo en el que desde luego no se puede confiar, probablemente en el resto de los aspectos no serás precisamente un modelo de rectitud. Cuando la amiga de Romualdo le mira, como no es idiota, sabe perfectamente con quién se está relacionando; y cuando habla dos minutos conmigo automáticamente nota la diferencia y me cala a mí igual que yo la calo a ella. Yo he sacado instantáneamente a gente hasta entonces muy importante en mi vida por cosas muchísimo más pequeñas que cualquiera de los comentarios irrespetuosos que la amiga de Romualdo hizo de él, y no paso absolutamente nada de absolutamente nadie; pero claro, es que yo me lo puedo permitir. Cuanto más dependes de alguien más estás dispuesto a tragar porque lo necesitas, y normalmente necesitas más lo que te dan los demás cuanto menos has trabajado para conseguírtelo tú mismo (o cuantas menos alternativas tienes).

Romualdo ha elegido una vida del mínimo esfuerzo y, como no ha generado valor para sí mismo, tiene que parasitar el valor que le dan otros en este caso buscándose una vieja que le mantenga -lo de "vieja" lo digo para entendernos, por supuesto-. Y claro, si tú al menos tienes algo que aportar igual puedes conseguirte una "buena vieja", pero si tu valor es prácticamente cero lo lógico es que las buenas viejas se busquen a parásitos un poco mejores que tú y tú acabes con una vieja de tu nivel, es decir, que te dé lo mínimo de dinero y que en el paquete no vaya siquiera incluído el respeto. Yo estoy en el caso opuesto y tampoco soy un buen ejemplo, porque prácticamente el 100% de mi tiempo disponible lo paso o trabajando, o trabajando más, o estudiando, o en el gimnasio, o haciendo actividades que también me aportan valor personal como por ejemplo compartir con ustedes este blog. Quizá un equilibrio más sano sea el de alguien que combina disciplina y placer para disfrutar de la vida atendiendo a sus responsabilidades hacia sí mismo y hacia los suyos; pero vamos, cada uno sabe lo que le conviene y mi opción de vida freak total no tiene que ser mejor que la de parásito arrastrado de Romualdo o cualquier otra que cada uno decida seguir.

Pero sí quiero terminar respondiendo (desde mi punto de vista estrictamente personal) a la pregunta del título. ¿Cómo saber si eres un mierda? Creo que cada uno es capaz de marcarse sus propios límites y sobre eso no tengo nada que decir, pero para mí existe una buena pista: si alguien te falta al respeto de manera muy grave, por ejemplo diciéndote a la cara que efectivamente eres un mierda, y a pesar de ser algo intolerable tú lo acabas tolerando porque no tienes más remedio o porque no puedes estar sin esa persona, a lo mejor deberías plantearte algunas cosas en tu vida.