Lo que importa es el amor



Una vez alguien que conozco me dijo algo que todavía me da a veces que pensar: me estaba hablando de la relación que estaba empezando, me contaba lo bonito de los sentimientos que tenía y la maravillosa sensación de ver que la cosa era recíproca... Y llegados a un punto me describía las cualidades de esa otra persona y puso como aspecto negativo que era físicamente muy atractiva: "de hecho, demasiado". Yo ahí tuve que interrumpir la narración: "espera, espera: ¿te parece mal que sea espectacular?", "pues... Es que sé que ha habido ya bastantes antes que yo y que tiene alrededor muchos tiburones rondando, y eso siempre es algo que preocupa". "Bueno, pero si te quiere a ti, aunque haya muchos tiburones ¿qué más te da? Además, con que hubiera solo uno ya sería suficiente si quisiera dejarte por otra persona". Su respuesta todavía resuena en mi cabeza y es lo que me ha hecho acordarme hoy de esta anécdota al ver el chiste: "ya, pero si sabes que hay mucha competencia no te puedes relajar".

Exacto, apuntar bajo es siempre más cómodo; por eso no todo el mundo merece lo mejor...

(Vía El Café de Poncho, una excusa más para volver a recomendarles mi tira favorita y visita obligada todas las mañanas en mi desayuno).