Y además Goliat lleva un martillo gigantesco, más ventaja imposible:
A mí me gustan las cucarachas tanto como a cualquiera (es decir, nada), pero me ha pasado que alguna compañera de trabajo ha salido corriendo y chillando como una loca por cualquier bicho de estos; y por más que le hagas el típico comentario de "pero bueno, tampoco te va a comer; ella tiene más miedo que tú" no atiende a razones hasta que le juras por toda tu familia que el bicho está muerto, remuerto, embalsamado en una servilleta y a ser posible tragado por el wc más próximo. Nunca lo entenderé...