Un amigo de sangre fría








Tener en casa un dragón de Komodo, que de adulto puede pesar unos 70 kilos y come prácticamente de todo lo que pilla, tiene que costar una pasta para alimentarlo; aunque ahora que lo pienso este no te pide para Playstations ni zapatillas de marca y tu única preocupación es que no se coma al perro del vecino...