- Hola C, me ha sorprendido tu invitación: ¿no te tenía ya en la lista de amigos?
- Sí, es que he hecho un perfil nuevo porque me he divorciado y en el otro estaba junto con mi marido.
- Vaya, lo siento... ¿Tú estás bien?
- Sí, sí, estoy genial: ya no podía más, ha sido muy difícil porque él era demasiado posesivo y el proceso ha sido muy largo pero por fin soy libre. No podía tener amigos hombres, no podía tener mi propio perfil en Facebook ni mi correo, y no podía trabajar sino solamente quedarme en casa cuidando de los niños. Ahora estoy muy feliz porque la semana que viene empiezo en un centro y voy a hacer mi profesión que es mi ilusión.
(Nota: la conversación es en alemán y hay conceptos intraducibles tal cual. Cuando dice "no podía" usa el verbo "dürfen" que se refiere a poder como "tener permiso para", así que se refiere a que él no la dejaba hacer esas cosas).
- Entonces es una buena noticia, me alegro mucho por ti.
- Sí, era culpa mía pero ya todo ha terminado.
- Pues mira, no te lo quería decir pero sí que era culpa tuya: una mujer adulta y libre no tiene que "poder" (dürfen) hacer cosas, no necesita el permiso de nadie. Si tú aceptas que te lo den estás aceptando también que no te lo den.
- Sí, sí, lo sé. He aprendido de la experiencia y ahora voy a vivir otra vez.
- Pero es una sorpresa que tu marido tenga esa mentalidad, ¿qué edad tiene?
- 24.
- ¡¿24?! Pues tiene una manera de pensar como mis abuelos.
- Sí, pero yo conozco a muchos hombres jóvenes así. MUCHOS. Cuanto más jóvenes peor. Los holandeses de la edad de mi padre no eran así, pero ahora es cada vez más normal.
El caso de mi amiga C no pasaría de ser anecdótico... si no fuera porque esta misma conversación o muy parecida la he tenido ya muuuuchas veces con personas (casi todas mujeres) incluso más jóvenes que ella y de muy distintas nacionalidades en países supuestamente "avanzados". Estoy oyendo cosas de chavales que ni siquiera les había oído a los más viejos; sea lo que sea lo que esté pasando, todas las señales que estoy recibiendo apuntan a un futuro negrísimo para las mujeres de las próximas décadas...