Tahití. No es por fastidiarles el sueño, pero mi amiga Marie (que tiene una hermana que vivía allí) me contó que el sitio es maravilloso... Pero que también tenía sus cosas, por ejemplo cuando estaban viendo la tele por la noche de vez en cuando te tenías que levantar a apartar con la mano a los bichos tipo cucaracha de la pantalla que venían atraídos por la luz y llegaba un momento en que eran tantos que ya no te dejaban ver el programa; entonces poco a poco se iban amontonando otra vez hasta que al rato tenías que repetir la operación. Cuando me contó aquello se me quitó la envidia de los que disfrutan de esos paraísos naturales...