Balance: 2 meses en Lanzarote

Tenía previsto volverme para Gran Canaria el jueves pero he tenido que adelantarlo unos pocos días, así que ya tengo el billete y mañana domingo me subiré al barco. Es el momento de cerrar la experiencia haciendo balance, y como además sé que esta serie de entradas sobre mi experiencia aquí ha sido bastante seguida (muchas gracias a todos) toca concluirla como Dios manda. Vamos allá.


En pocas palabras: este par de meses han sido muy duros, pero en general extremadamente positivos. Si me dieran una máquina del tiempo y (sabiendo que el spa no va a rendir y tendré que cerrar) me preguntaran si volvería a venirme para acá respondería que absolutamente sí. ¿Por qué? Dividamos la experiencia por partes:

Lo negativo: la paliza de trabajo. Quitando estos días que adelanto mi regreso, habré trabajado 66 días seguidos a razón de un mínimo de 10 horas y un máximo de 16. No es solo el desgaste físico por las condiciones concretas (que también, no merece la pena ponerme a hablar de esto pero la cosa era MUY dura y ya les conté que hasta mi mula me dijo que era imposible soportar el trabajo así) sino pasarse tanto tiempo sin apenas ver el sol metido en un sótano, con el estrés psicológico de romperte la cabeza a ver qué se te puede ocurrir hoy para atraer a algún cliente (sabiendo que probablemente de todas formas no va a venir nadie porque estás rodeado de gente que ya está borracha en el desayuno). Reventarte a trabajar como una bestia para empezar con un negocio que sale adelante es duro pero lo haces y ya, lo malo es reventarte a trabajar como una bestia para empezar con un negocio que cada día ves más claro que no hay forma de que salga adelante. En este sentido hacía muchos años que no pasaba una etapa con un nivel de sufrimiento (sufrimiento de verdad) tan alto y tan constante, aunque me metí en esto por voluntad propia y también sabía que sería capaz de aguantar lo que me echaran.

Lo neutro: el dinero. Me vuelvo para casa habiendo recuperado por los pelos toda mi inversión (incluyendo todo lo que supone haberme venido para acá hasta el último céntimo); esto, teniendo en cuenta que los que han estado antes que yo salieron en negativo (y sobre todo aquella Cleopatra de la que les hablé se fue escaldada con tremendas pérdidas) y después de haber visto la situación desde el día 1, a mí me deja la sensación como de haber estado jugando un partido en el que te vas al descanso perdiendo 5-0 y en la segunda parte, a base de machacarte, consigues remontar hasta empatar en el último minuto. Vale, no has llegado a ganar, pero es un empate que te sabe a victoria... También es verdad que esto tiene truco, porque si contáramos mis horas de trabajo gratis -que al fin y al cabo es dinero también- sí que sería un desastre; pero vamos, después de haber empezado pagando y pagando para abrir el negocio, en el último minuto del partido todo lo que salió de mi bolsillo ha vuelto a entrar así que el resultado monetario ha sido cero.

Lo positivo: todo lo relativo a la parte personal. He estado con gente que me gusta, he disfrutado de momentos fantásticos, me he dado unos paseos maravillosos y en general espiritualmente he salido muy enriquecido de este par de meses en Lanzarote. Mañana me vuelvo a Gran Canaria muy contento, no miraré atrás porque para mí el pasado no existe pero soy un poquito más feliz que el día que vine.

Fíjense en un detalle que explica mi balance global de ganancias: las cosas malas han sido puntuales, han tenido un principio y un final y ya, pero las cosas buenas permanecerán en mi vida futura en forma de buenos recuerdos y madurez adquirida (que por cierto también las cosas malas también te aportan, de todo aprendes). ¿Entienden por qué mi resultado global es tan bueno? Por muy sacrificado que haya sido, la importancia que le doy a lo negativo es mucho menor (por concreta) que la que tiene todo lo que he ganado interiormente (que seguirá produciendo beneficios el resto de mi vida). No es que sea la clase de persona optimista que niega la parte oscura de la vida, ni mucho menos; siempre soy extremadamente realista y hasta crudo para ver las cosas fríamente y sin azúcar... Pero es que lo mire como lo mire me parece evidente: les había contado al principio que vine para acá para hacer un test porque necesitaba información para saber si esto era viable o no, he hecho mi test, he invertido trabajo (a fondo perdido) y dinero que he recuperado, tengo la información que quería, he tomado mi decisión en consecuencia, y sigo mi vida con la mochila llena de otros tesoros asociados a la experiencia. Claramente la aventura ha salido muy bien.

Supongo que pronto volveré a mi deliciosamente aburrida rutina, y a compartir cosas con ustedes. Gracias de nuevo a todos los que me han acompañado en este viaje, en breve nos volvemos a encontrar...