Qué lindos son cuando son cachorritos
A mí no me atraían especialmente los camaleones hasta que una familia que conozco trajo uno a casa; a partir del momento de ver de cerca al bicho y tenerlo en las manos me encandiló su extrema delicadeza y ese aura medio extraterrestre que tenía, y siempre que estaba allí aprovechaba los momentos muertos para observarlo totalmente fascinado. Como había sido un regalo para el niño (lo cual suele ser un error a menos que los padres ya asuman que al final van a tener que cuidarlo ellos) el pobre animalito acabó enfermando hasta que murió, así que como era de esperar el más débil fue quien pagó el descuido y la irresponsabilidad de los demás. Ver a estos cachorritos me ha recordado la maravilla de estas extrañas criaturas, y la historia que en mi cabeza está asociada a ellas me lleva a añadir el comentario de que los animales no son floreros simplemente para hacer bonito.
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