¿Rendirse? Nunca
Aunque en realidad mi último día de ir al centro de estudios será el viernes, mañana tengo los dos últimos exámenes (que serán para sudar tinta) y con esto acabaré por fin el primer año de mis estudios de desarrollo de software. Salvo cosa rara mis notas serán espectaculares, aunque si les digo la verdad eso da igual porque 1) yo vine aquí a aprender por el placer de hacerlo y a estas alturas de mi vida me importa tres pepinos lo que ponga en un papel, y 2) cuando tenga el diploma en la mano nadie me va a preguntar lo que saqué en tal o cual asignatura. Pero la satisfacción personal de que mis profesores, que son profesionales cualificados y que saben bien quién se lo curra y quién pasa de todo, reconozcan mi duro trabajo y lo premien por supuesto es balsámica después de todo lo que he pasado hasta ahora.
Este ha sido el año más duro de mi vida y también el mejor. Estoy superrequetemegaacostumbrado a que todo el mundo a mi alrededor me llame o me escriba para contarme sus penas o lloriquearme en el hombro sus problemas: normalmente problemillas de mierda comparados con los que tengo yo, por cierto. Pero no va en mi personalidad compartir mi sufrimiento con nadie, si puedo hacer algo para cambiar las cosas lo hago (lo estoy haciendo) y si no cierro el pico y sigo con mi vida lo mejor que me permitan las circunstancias. Sin excusas.
Mis clases empezaron un lunes; ese día vi que la cosa iba a ser bastante dura, pero ya el martes recuerdo que salí de clase a las 9 de la noche y me puse a caminar hacia casa (media hora cuestarriba) totalmente convencido de que lo dejaba. Esa media hora lo pasé realmente mal y tuve que hacerme un auto-trabajo mental profundo, pero cuando llegué por fin a meter la llave en la puerta ya lo hice pensando "vale, si voy a fracasar que sea porque me echen y no porque me rinda yo. Me voy a ir todos y cada uno de los días que me tocan a clase, me voy a sentar en mi sitio, voy a escuchar lo que digan los profesores y cuando no entienda algo lo preguntaré. Si sigo sin entenderlo lo volveré a preguntar. Y si me lo explican cien veces y sigo sin entenderlo serán ciento una veces las que tendré que preguntar. A esos tipos les estoy pagando el sueldo yo y les voy a tener explicándome las lecciones mil veces si hace falta, pero no me pienso volver a mi casa con cosas que no entienda cueste lo que cueste". A esto hay que añadir que me he quemado las pestañas estudiando todos y cada uno de los días hasta que mi cabeza ya no me daba para más del cansancio, esos eran los únicos ratos que me concedía de "vacaciones" para relajarme por ejemplo publicando cosas en el blog.
De los 38 que empezamos ese lunes ya el miércoles hubo un bajón importante, la segunda semana se había ido casi un tercio y ahora al final del primer año quedamos 12 (y de estos la mayoría ha suspendido algo, claro). Yo he tenido que tragar mierda de todos los sabores (y la sigo tragando) para poder cambiar mi vida y estudiar lo que me gusta, he hecho sacrificios que nadie más que conozca sería capaz de hacer, y una vez ya embarcado en las clases he tenido que superar un millón de veces el desánimo de gritar "¡no lo entiendo!" y después de acordarme de la madre que parió a todo el mundo irme a la cocina, beber un vaso de agua, volver a sentarme delante del ordenador, suspirar y decir "bueno, vamos a empezar de cero otra vez a ver si ahora lo consigo". Con un enorme desgaste físico por las palizas de caminar a todas partes cargando con el portátil y la falta de sueño; un enorme desgaste intelectual por el estrés y la presión de las toneladas de contenidos, los exámenes y las tareas constantes; y sobre todo un enorme desgaste emocional por muchas humillaciones y mucha mierda que me estoy teniendo que comer para luchar por mis objetivos; el caso es que aquí estoy. ¿Ven el bicho ese de la foto que no se resigna a ser tragado? Pues ese soy yo. Y me voy a comer a la serpiente.
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Visiones de un cíclope