Un programa cojonudo

Hace tiempo empecé a sospechar que mi profesor de programación no revisaba los códigos de los programas que tenemos que entregarle sus alumnos para completar nuestras tareas: se me ocurrió que en lugar de ir examinando las tripas de cada aplicación el tipo para ahorrar tiempo solo la ejecutaba para ver si funcionaba bien y no se metía a fondo en el desarrollo...

... Así que empecé a colar, primero discretamente y luego cada vez menos, algunos detalles y comentarios divertidos en mi software para ver si me decía algo. Al ver que no era así cada vez he ido volviéndome más osado, y esta por ejemplo es la pantalla de inicio de un programa de gestión bancaria en que estoy trabajando ahora mismo:


De hecho ya escalando en los disparates se me había ocurrido un logo "cojonudo" para ponerle al banco en cuestión, pero con lo liado que estoy no puedo perder tiempo en detalles. ¡Lástima!

Aunque ya les he contado que este ha sido un año muy duro para mí, en lo que se refiere estrictamente a programación estoy ya en un nivel de dominio que empieza a ser suficiente para divertirme de verdad cuando estoy creando programas. Esto es como todo, al principio estás perdido y lo ves como un mundo inabarcable que te hace sentir agobiado; pero a medida que vas avanzando y pasas del nivel ni de coña al nivel parece que esto empieza a funcionar ya ves que eres capaz de hacer cosas un poquito respetables y que encima cada cosa nueva que te planteas es un desafío tanto o más absorbente que el anterior.

Hace un rato, ya recogiendo para volver a casa, nos hemos quedado tres compañeros a hablar con la profesora de inglés (que no tiene ni idea de informática) y le contábamos que programar no solo es fantástico para la mente sino que además es increíblemente divertido. Sé que no lo parece desde fuera, pero ¡es tan genial! Es como un juego en el que te metes y se te van horas y horas desconectado del mundo y sumergido en el trabajo de avanzar pasito a pasito, completar y pulir la aplicación detallito a detallito. Todavía no he oído ni hablar de alguien que sepa programar y no coincida con nosotros; si en algún momento tienen alguna oportunidad de introducirse en esta fascinante actividad verán que también acabarán sintiendo incluso lástima por los pobres que no saben lo que se pierden...