El líder


Esta genialidad (una más) de Dilbert me ha recordado una entrevista de trabajo con el director de un hotel para el puesto de spa manager, que tuve una vez con uno de tantos subnormales que uno se cruza en la vida a los que les queda grande el título (ser jefe no es nada fácil y cualquiera no vale para eso) pero que están ahí porque el Sistema frecuentemente premia a los inútiles. La entrevista duró tres horas, de las cuales la mayor parte del tiempo el tipo se lo pasó "compartiendo conmigo su visión del proyecto" y de paso contándome las grandes hazañas de su currículum en su paso por otras empresas. Parece coña pero fue así, yo estaba en silencio y él hablando como si fuera el aspirante.

En uno de los momentos más ridículos el imbécil me mira fijamente y me dice: "mi trabajo es mi pasión, y quiero en mi equipo a gente que comparta la misma pasión que yo por lo que hacemos". Estuve a un pelo de hacer como Dilbert y preguntarle: "¿quiere decir que su vida fuera del trabajo es gris y aburrida porque usted no tiene capacidad suficiente para hacer cosas interesantes aparte de su profesión?", pero por supuesto me guardé mis pensamientos y le respondí muy gravemente: "cuando uno se exige mucho a sí mismo es muy difícil rodearse de un grupo que esté a la altura". Me seleccionaron, por supuesto.