Hoy, en mi nueva casa:
Como terapia antiestrés es genial; lo que ya ha sido menos divertido fue la recogida de escombros de después, que me dejó la espalda como un acordeón. Pero valió la pena y el equipo pasó un rato entretenido:
Mi amigo David (centro) está estos días conmigo dando martillazos y haciendo de todo, y hoy también ha venido Alby (derecha) que también está currando de lo lindo para sacar el caos adelante. Estos y otros amigos a los que no menciono porque no les he preguntado (aunque merecen todo el reconocimiento del mundo), la verdad es que están portándose de 10 y me hacen sentir que soy un tipo afortunado.
