La cara del mal

(Vía LS). Una vez tenía una novia que tenía varios perros y entre ellos una bóxer que trajo a casa siendo cachorrita, y que era un arma de destrucción masiva. Un día salíamos de su apartamento y todavía cuando estaba pasando la llave de la puerta (no habían pasado ni 10 segundos) se acordó de que había olvidado algo y volvió a entrar: pillamos a la bóxer congelada con la boca abierta ya a punto de llevarse el papel higiénico del baño, si le damos 10 segundos más al volver nos habríamos encontrado una tormenta de nieve.