Cómo contar una historia (4): el concepto de "acción"

(Link al principio de la serie)


- Anoche vi La Película De Acción Definitiva. Todo eran persecuciones, peleas, explosiones… No paraba.
- Vaya, y ¿de qué iba?
- Bueno, es que ya te digo que todo era acción. Persecuciones, peleas…
- Ya, vale. Pero ¿de qué era la película? ¿Qué tema tenía, o qué contaba?
- A ver, es que es lo que te digo. Empezaba la película con una gente ahí peleando, saltando, corriendo, coches, motos, explosiones, y así todo.
- ¿Hasta el final?
- Sí, hasta el final. Acción total, espectacular.
- Pero y aparte de la acción esa que me estás diciendo ¿qué pasaba? ¿Quién era esa gente y a qué venía la pelea?
- No, aparte de la acción pasar, lo que es pasar, no pasaba nada.

Si lo que la gente llama “acción” fuera en una historia acción de verdad, en una película como la del ejemplo habría que decir que pasan muchísimas cosas. Es justo al revés: normalmente (ahora hablaré de cuándo no es así) lo que hace el autor de la historia es parar la acción para meter las explosiones. Si te meten hora y media de peleas y carreras sin más (sin acción) llegará un momento en que digas “vale, sí, esto está muy bien, ahora puñetazo, ahora patada, ahora salto, ahora otra patada… Que sí, que sí. Pero a ver si ya pasa algo”.

Para distinguirlas vamos a llamar a todo esto “acción” a secas, y “acción narrativa” a cuando de verdad pasan cosas que hacen avanzar la historia. No es que tengan que llamarse así, es solo para entendernos aquí; y en cualquier caso lo que importa son los conceptos y no cómo los queramos etiquetar.

Un suceso de acción puede ser un elemento narrativo más (ejemplo: los dos amigos se pelean, o los padres del protagonista mueren en un espectacular accidente) e incluso la acción puede integrarse con la acción narrativa: en una película de artes marciales en la que uno aprende a medida que lucha sí tiene sentido decir que el primer golpe pueda ser distinto del último. Pero no por el golpe en sí, sino porque el personaje evoluciona, porque hay algo distinto, porque hay acción narrativa. Porque pasa algo.

Si quieres contar una historia en la que pasen cosas tienes que tener cuidado con la acción, y entender cuándo la narración está avanzando de verdad y cuándo no. Por muy cool que te parezca que el personaje haga setenta piruetas y haya doscientos muertos, si eso no está unido a que haya un sentido narrativo en lo que estás contando (a que pase algo en la historia) te podría pasar que abusar de las bombas haga que tu público se aburra, pierda el hilo narrativo o simplemente desconecte. Si tú conscientemente y controlando todos los elementos tomas la decisión de que tu historia sea así porque es lo que quieres, estupendo; si lo haces porque “queda genial” y realmente no entiendes lo que implica, sencillamente el resultado de tu trabajo en la mente de tu público podrá no ser el que tú querías. Tu trabajo como narrador habrá salido mal.

Entender la diferencia entre “acción” y “acción narrativa”, y saber cómo usar las dos, te dará el poder de contar mejor lo que quieres contar y producir en tu público exactamente el efecto que quieres conseguir.

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