Cómo contar una historia (5): hilos narrativos

(Link al principio de la serie)


- Acabo de ver en el correo una factura del taller. Es mucho dinero, ¿le has hecho algún arreglo al coche?

- Sí, pero no te preocupes; el motor y todo lo importante está bien, solo fueron cosas de chapa. Pero hubo que repintar unos trozos porque no salían las manchas de sangre.

- ¡¿Sangre?! ¿Tuviste un accidente?

- Bueno, no es que fuera un accidente como tal. Es que no podía dejar que el guardia escapara y diera la alarma.

- ¡Pero qué dices! ¡¿Has matado a alguien?!

- A ver, cariño, no tenía opción. Necesitaba el dinero y en teoría el plan no podía fallar; el tipo ese no debía estar allí, en teoría el banco a esa hora debía estar desprotegido por el cambio de turno.

- ¡¿Has robado un banco?! ¿Te has vuelto loco?

- Ya estamos. Dos broncas el mismo día, al final iba a ser verdad que la poligamia da más problemas que otra cosa.

- ¿Cómo que dos? ¿Poligamia? ¡¿Me estás diciendo que tienes otra relación?!

- Mira cariño, vamos a dejarlo. Bastantes problemas tengo ya hoy, ¿vale? Lo del banco ha salido mal, debo mucha pasta por las apuestas y ya el fondo de la universidad de la niña se acabó y no sé cómo lo voy a pagar.

- ¿Apuestas? ¿Qué apuestas? ¡¿Te has gastado todos nuestros ahorros para la universidad de nuestra hija?!

Puedes contar una historia de manera lineal, es decir describiendo una serie de acontecimientos de principio a fin sin salirte de la acción principal paso a paso, o puedes también complementarla añadiendo capas o complementando el hilo principal con subtramas que igual pueden servirte para enriquecerlo haciendo la historia más interesante que para añadirles profundidad a los personajes hablando de ellos. Los hilos narrativos múltiples tienen muchos usos técnicos a la hora de contar una historia, pero estos dos son los más frecuentes.

Y no es que necesariamente tengas que dedicarle mucho espacio a esas subtramas: si sabes usar los patrones narrativos puedes simplemente dispararlas con unos pocos hechos que lancen información hacia donde tú quieras (sin que te metas a fondo en los detalles) sabiendo que tu público rellenará los huecos y usará todo eso para ver con nuevos ojos el hilo principal, y de paso probablemente con más interés si percibe que lo que estás contando tiene un gran contenido detrás.

Justamente los patrones tienen especial sentido en las subtramas porque, aunque manejar bien distintos hilos narrativos puede suponer una diferencia enorme en cuanto a la calidad y el atractivo que pueda tener tu historia, es importante que nunca pierdas de vista lo que en realidad quieres contar. Todo lo que coloques alrededor de la narración principal está ahí para enriquecerla y no para competir contra ella, y todo debe ayudar a avanzar en la misma dirección. Por supuesto siempre es una buena noticia que haya elementos que acaben resultando tan interesantes que requieran protagonizar su propia historia, pero mientras estés en la que estás (y no hayas decidido conscientemente salirte de ahí) normalmente te vendrá bien darles a los elementos que para ti sean secundarios un espacio secundario. Pero si realmente hay mucha información secundaria que quieres que esté ahí y ves que exponerlo todo se hace demasiado largo ¿cómo puedes hacer para comprimir mucho en unos límites controlados? Lanzando patrones, justamente. Planta bien las semillas y deja que tu público trabaje para ti.

En cualquier caso es verdad que contar una historia usando varios hilos narrativos añade profundidad a la narración o a los personajes, te ayuda a atraer más interés, te sirve como herramienta de gestión del ritmo y mucho más; pero complicar las cosas a la fuerza no funciona. Hay historias que tienen que ser simples y son perfectas así, y ya está. Nadie conoce mejor la que quieres contar que tú: domina tus herramientas técnicas y a partir de ahí usa solo las que realmente necesites.

(Link al siguiente post de la serie)