Optimismo

(Vía Cochifrito). Un día iba a empezar a trabajar en un spa que estaba en obras, y mi futura jefa me dijo (en junio) que en septiembre empezábamos "según la constructora". Ella era alemana y aún no sabía cómo trabajamos los latinos, así que yo le dije "mira, si una constructura española te dice septiembre puedes dar por perdida la temporada de invierno"; pero ella con su candor germánico me insistió en que le habían dicho que era septiembre así que por supuesto sería así.

A final de agosto me llamó para decirme que las obras se habían retrasado y que ahora la fecha era noviembre, y yo le dije "no te preocupes, yo sigo con mis planes para este invierno y a partir de la primavera ya hablamos. Si ellos dicen noviembre olvídate antes de mayo". Ella insistió en que no, que había un contrato y blablablá...

Al final empezamos a finales de junio del año siguiente, y eso porque los dueños del complejo (noruegos) acabaron por hartarse y cuando ya se acercaba la primavera sacaron a los españoles y trajeron a su propia gente desde Noruega para minimizar pérdidas y al menos poder arrancar. Si esta fuera la única anécdota similar que puedo contarles aún pensaría que hay solución para España.