Por qué cada vez menos hombres aceptan comprometerse

Dentro de los hombres sanos (quitando a los psicópatas y tóxicos) hay tres tipos:


- Un 20% son los "familiares": hombres que si están solos, si no encuentran a alguien para hacer un proyecto de vida, sienten que les falta algo. Su vida en sí misma es incompleta y lo saben (importante). Este tipo de individuo, como si no tiene a nadie sufre, a poco que le venga alguien con unos mínimos un poquito razonables (y a veces ni eso) ya le vale porque eso ya es una mejora con respecto a lo que sería su vida solo.

- Un 5% está en el otro extremo: somos los "independientes", los que por defecto sentimos que tenemos una vida plena, feliz y satisfactoria y no nos hace falta que venga nadie a completar nada. Somos completamente conscientes de ello (importante) y tenemos claro que, para que nos decidamos a entrar en un proyecto en común, este tiene que ser espectacularmente bueno porque si no estamos mejor por nuestra cuenta. Como esto no nos supone ningún problema y es muy difícil mejorar lo que ya tenemos, nuestro listón está altísimo y asumimos que si no hay sorpresas a largo plazo acabaremos solos.

- Y nos queda un 75% de "inconscientes", que simplemente viven tirando p'alante y no piensan mucho en el asunto ni tienen ideas realmente claras: es decir que realmente no son conscientes de las circunstancias (importante) porque para ellos no son clave. Este es el tipo de hombre que un día de joven está en la discoteca, ve una chica que le gusta, piensa "coño qué buena está esa tía, voy a entrarle a ver qué pasa", entonces parpadea y de repente han pasado 15 años, es domingo y está almorzando en casa de sus suegros, se acerca una niña que dice "Papi, Martina no me deja jugar con sus Legos", y al otro lado una señora que le recuerda vagamente a aquella chica de la discoteca le dice "acuérdate de que mañana por la tarde recoges al niño de karate". Estos dependen totalmente de la suerte para que luego la mujer que les toque les salga mejor o peor; pero en cualquier caso y como les conté en su momento en el libro de la verdad, entre ellos estarían los que hablando con su amigo del tipo independiente le dicen entre la envidia y la broma "cabrón, qué bien vives".


De este último tipo de hombres, de los inconscientes (hasta que ya es tarde), es de los que les voy a hablar en este post.

Las palabra clave del título de esta entrada es "aceptan". Si tú a un inconsciente lo haces consciente cuando aún escapar le sale gratis (es decir, la chica de la discoteca le dice "vale, bailo contigo pero dentro de 15 años vas a pasar los domingos comiendo con mis padres") por supuesto al chico le van a faltar piernas para salir corriendo; es evidente que a ese 75% ese plan (tu plan) no le interesa nada, y por eso desde que el mundo es mundo las cosas no funcionan así. Al final está claro cómo va a acabar el asunto, pero no puedes pegar tirones de la caña hasta que el anzuelo esté bien mordido: baile, sexo, sexo, cita, sexo, sexo, sexo, cita, sexo, sexo, cita, sexo, cita, cita, cita, sexo, cita con amigos, cita, sexo, cita, cita con los padres, y así despacito y como quien no quiere la cosa hasta Martina y los Legos.

Los dos grupos marginales "quieren" o "no quieren": pero los inconscientes "aceptan" las cosas haciéndose poquito a poco e inconscientemente a la idea hasta que son capaces de tragarse la nueva realidad que les va a tocar. Y ¿por qué los hombres (estos hombres, que son los que están cambiando) cada vez aceptan menos el plan que les propone la otra persona? Por dos razones.


La primera, porque los inconscientes son cada vez más conscientes: las mujeres más belicistas se han empeñado en abrir una guerra contra los hombres... Y claro, si lo que quieres es hacer consciente a tu bando de lo mal que están, el efecto secundario será que los del otro lado también se lo van a empezar a preguntar. En este blog les he contado algún ejemplo de cómo en las conversaciones de hombres (jóvenes) cada vez oigo más el argumento de "hay que estar tonto para caer en eso" o "yo no voy a estar como mi padre".

Y la segunda, porque un "compromiso" es un contrato entre dos partes, y las mujeres cada vez ofrecen menos por la suya. Hace 70 años un hombre adquiría un compromiso familiar y contaba con tener una chacha que le lavara los calzoncillos, le hiciera la comida y se encargara de la casa, y además la tenía como recurso sexual para cuando le diera la gana; vale, ¿y hoy? ¿Qué gana un hombre que le compense por cambiar las salidas con los colegas por los almuerzos con los suegros, y el partido de la Champions por ir a buscar al niño a karate? La pregunta que lo resume todo: ¿a qué exactamente se está comprometiendo ella, que sea algo que le interese a él?


Los hombres (ex)inconscientes cada vez quieren menos compromiso, porque cada vez se dan más cuenta de que el trato que les ofrecen simplemente no hace que su vida sea mejor. Y como la gente para esto no es idiota y en general sabe lo que le conviene, no se mete en algo en lo que sabe que va a salir perjudicado. Una mujer puede tener hijos por inseminación artificial si eso es lo que realmente quiere, y no necesita a un hombre para nada; ah, pero es que la cuestión no es esa. Lo que quieren las mujeres que protestan por la falta de compromiso de los hombres no es la familia, no es el hijo, sino al tipo que tiene que estar ahí trabajando para que ese sueño suyo (de ellas) se cumpla más cómodamente.

El motivo por el que he escrito este post es porque últimamente he visto varios vídeos de mujeres quejándose de lo mismo, que los hombres no quieren "comprometerse". Por supuesto no dicen "comprometerse a qué" ni "comprometerse a cambio de qué", porque son como los malos jefes que quieren que empieces a trabajar sin saber cuánto vas a cobrar. Tú ponme el anillo y firma ahí y ya te enterarás de en qué consiste de verdad el trato cuando te eche la primera bronca.

Y por supuesto en estos vídeos también hay cero autocrítica: chicas, la realidad es que hay mujeres cuyos hombres sí se comprometen. La pregunta no es "¿por qué los hombres no quieren comprometerse?" sino "¿por qué los hombres no quieren comprometerse conmigo?". Tu vecina la del quinto se casa el año que viene y tu prima Cuqui tiene un hijo, ¿por qué ellas sí y tú no? El hecho de que estas mujeres le echen la culpa de su frustración a los hombres y ni siquiera planteen ese tipo de preguntas es la pista más clara que nos lleva a la respuesta.


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Bonus: "mi hombre no se compromete al nivel al que debería, ¿cómo puedo conseguir que se comprometa más?". Respuesta: no puedes. Tu hombre no se compromete porque está en un proyecto que nunca fue suyo; se dejó llevar de la discoteca al comedor de tus padres, pero esta jamás fue su idea y él si se hubiera parado a pensar en ello el primer día jamás lo habría aceptado en frío. Así que discutir y presionarle no va a servir para nada: la única razón por la que sigue amarrado a tu proyecto es porque ya piensa que es la menos mala de sus opciones vitales posibles, pero él tiene claro que lo mejor que puede conseguir es ponerse de perfil y que no le molestes demasiado. Así son las cosas, cuanto más tardes en verlas más energías perderás en peleas inútiles.