Me aficioné a ver series anime porque estaba buscando cosas que me ayudaran a relajar la mente por las noches para poder dormir, y como el formato japonés es de capítulos de 20 minutos me pareció perfecto para cumplir con el objetivo; por eso siempre le doy al play sin leerme el argumento, y ya cuando estoy dentro decido si la historia vale la pena y lo sigo viendo o si lo dejo y paso al siguiente.
Hace un par de días le tocaba a este y, como siempre sin leer nada, me puse a verlo sin más. Llegué hasta el minuto 14 sin tener la más remota idea de sobre qué iba la cosa, pero lo que sí me quedó bien claro es lo que quería expresar el autor: