Yo resuelvo lo mío

Esta estupidez está por todas partes en Internet estos días y por eso mismo no pensaba publicarla, pero me da la excusa para contarles una cosa que cabreó un montón a una mujer con la que estaba hablando hace poco. Esto le dije:

La mayoría de las mujeres, principalmente las latinas, no quieren lo que ellas dicen que quieren: te hablan de una serie de cualidades que están muy bien (que sea inteligente, cariñoso, atento, etc), pero cuando les das todas esas cualidades (pero solo esas) entonces es cuando se dan cuenta de que esa lista no era suficiente. La clave, lo que la mayoría de las mujeres quieren en realidad aunque no lo sepan hasta que se dan cuenta de que no lo tienen, es un hombre que se integre en su agenda.

Así que cuando tú cuando vas a tu marido y le dices "este domingo comemos con mis padres", "mi cuñada Paqui nos ha invitado a su boda" o "el sábado tenemos la comunión de mi sobrino Manolito", y ese hombre con todas esas cualidades que tú decías que querías te dice "yo no quiero ir, pero vete tú y pásalo bien" es cuando tú recibes el shock de realidad y te das cuenta de que en realidad lo que estabas buscando era otra cosa.

A lo mejor las primeras veces se lo pasas, pero cuando estás en la boda y tu cuñada Paqui y tu prima Maruca te empiezan a decir "oye, ¿y tu marido no vino? ¿Qué pasa que nunca te acompaña?" empiezas a sentir la presión. Y aquí llegamos a otra característica de la mayoría de las mujeres: son débiles ante la opinión de los demás.

Porque claro, el problema no es que los demás van a pensar "su marido hace lo que quiere y vive como quiere", sino "tú no eres capaz de embridar a tu marido para que haga lo que quieres tú". Así que, si tienes la desgracia de que te haya tocado un hombre que te da todas esas cualidades que tú decías que querías pero solo esas, es cuando te estampas contra el hecho de que en realidad querías algo más: que sus planes individuales se supediten a tus necesidades sociales, es decir que se integre en tu agenda, es decir que trabaje para ti. Desde luego tú tienes clarísimo que no te vas a pasar el resto de tu vida yendo sola a la boda de Paqui y al cumpleaños de Manolito; tú quieres al tío ahí al lado en posición de firmes y sonriendo como tiene que ser. Es que si no ¿para qué te casas?

Y esa última pregunta, justo esa, es la que demuestra que tengo razón. Tienes a un hombre que cumple con toda esa lista de cualidades personales que querías, pero si vas a ir a comer a tus padres sola ¿para qué te casas? Te casas para que el tipo venga contigo, si no no tiene sentido y si él no cumple con el trabajo para el que ha sido reclutado la cosa acabará mal.