Demagogia


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Una vez tenía una novia suiza que estaba por la labor de que nos casáramos, y entre otras cosas esa era su excusa para que así me pudiera ir a disfrutar de la vida con ella. Yo tenía clarísimo que ni de broma me iba a casar, así que me puse a buscar alternativas por mi cuenta para no depender de nadie y una de las cosas que hice fue mirar cómo eran las reglas del país para dejarme vivir allí.

Así fue como supe que para obtener la residencia (sin estar casado) necesitaba un trabajo, y además si se me acababa el empleo y no encontraba otro pronto me pondrían con las maletas en la frontera. La idea detrás de esta manera de hacer las cosas, que parece que hasta ahora les ha ido bastante bien, es que al recibir a un inmigrante las dos partes tienen que beneficiarse: la sociedad porque recibe a un nuevo contribuyente que hace un trabajo útil y aporta cosas para contribuir a la prosperidad de todos, y el inmigrante porque mientras esté allí recibirá a cambio de su aportación una vida mejor de la que podría tener en su lugar de origen. Por supuesto para quedarte tienes que garantizar que vas a poder sostenerte por ti mismo, y el contrato de trabajo viene a ser simplemente el requisito mínimo de que será así; si no te puedes mantener te largas, evidentemente, mucha suerte y adiós. Malditos suizos fascistas demagogos, que no quieren trabajar para mantenerme.