Cómo pensar bien (2): qué es pensar bien

(Link al principio de la serie)

(Foto de Victor Chartin en Unsplash)

En el post anterior puse el ejemplo de las dos personas discutiendo en el restaurante porque me servía para dibujar sus estructuras de pensamiento y demás, pero en realidad "pensar bien" no tiene nada que ver con tener razón.

La opinión concreta es irrelevante para lo que nos interesa en esta serie, y por tanto "pensar bien" no está relacionado con ganar un debate, con convencer a otros o con dejar a tus oponentes dialécticos sin argumentos. Es más: muchas veces, para ganar una discusión, es conveniente "pensar mal" o hacer como si fuera así con todos los recursos dialécticos, incluyendo las trampas lógicas, a los que uno pueda recurrir. Ganar el debate se refiere al tema concreto y a tus argumentos concretos sobre esa cosa que estás tratando, "pensar bien" es algo que haces estructuralmente de manera abstracta (tener una máquina mental que funciona correctamente) y luego esa capacidad la aplicas o no a cada tema concreto sobre el que quieras discutir.

Y de hecho para pensar bien no hace falta discutir con nadie sobre nada; pero sí puedes apoyarte en otros para ver cómo piensan ellos (cómo de bien o cómo de mal). En ese sentido tratar una cuestión concreta, ver qué camino lógico ha seguido el otro, sí te puede ayudar a analizar el tuyo propio viendo dónde tu camino se separa del del otro y por qué; y, a partir de ese caso concreto, quizá darte cuenta de errores abstractos que puedas tender a cometer en general y que así eres capaz de ver más claramente.

Es decir: si el debate estuviera orientado a la productividad, es decir a mejorar la calidad del pensamiento de los que discuten y a partir de ahí llegar concretamente a las mejores soluciones posibles, ganar o perder sería irrelevante. Las dos partes irían al nivel más alto de abstracción donde está la discrepancia (hablarían del punto donde realmente sus opiniones se separan) y tratarían de los motivos de cada uno para elegir un camino y no otro. Pero no para ganar nada porque eso da igual, sino para ver qué argumentos te puede ofrecer la perspectiva del otro (que quizá sean mejores que los tuyos) para ver si tiene algo que te haga intelectualmente mejor. Sería como dos exploradores compartiendo mapas del laberinto y experiencias de su exploración, para que el otro tenga más posibilidades de llegar a lo que después él pueda considerar un mejor tesoro del que había encontrado hasta ahora.

Y entonces, ¿qué es pensar bien?

Pensar bien es mantener la coherencia entre tus niveles de abstracción, da igual el tema sobre el que estés pensando o cuáles sean tus opiniones específicas sobre ese tema. Es que tu camino desde arriba hasta abajo no se interrumpa: que cuando defiendes una cosa concreta (que es moralmente correcto comerse este chuletón en este restaurante) estés de acuerdo contigo mismo en el nivel más abstracto (que es moralmente correcto comer carne). Si defiendes cosas concretas que se contradicen con tus propias bases más abstractas, a lo mejor podrás ganar una discusión a base de elocuencia, trucos y retórica; pero en realidad, se den cuenta otros o no, estarás pensando mal.

Claro, aquí estamos simplificando la estructura para verlo todo más fácil; pero lo normal es que una opinión concreta no dependa solo de un valor abstracto sino de la combinación de varios. Por ejemplo, "comer carne está mal" pero comerme este chuletón en este restaurante está bien, porque "necesitamos un sector cárnico fuerte en nuestra economía". En realidad el establecimiento de prioridades también está basado en valores cada vez más abstractos (en este caso "el bienestar y la economía humanos son más importantes que la vida de los individuos de otras especies"), pero a lo que me refiero con esto es a que la estructura lógica puede ser mucho más compleja de lo que estamos pintando. Pero la idea es la misma, y el concepto de "pensar bien" se mantiene.


(Continuará)