Aunque en el viaje estaba ocupado con mis objetivos y no tuve tiempo de andar buscando hacer fotos buenas de verdad, justo esta anterior sí me pareció interesante: por una parte porque ya es tremendo que esto (que está ¡justo en la entrada al aeropuerto!) esté así de sucio y cutre, pero sobre todo porque es un símbolo perfecto de lo que hoy es Europa: un eslógan muy cuqui en un sitio decadente lleno de telarañas. Seguimos.
Esta última foto es diferente porque, en lugar de usar mi cámara (que habría tenido que levantarme para sacar de la maleta), usé el móvil y no pude hacer el efecto de "fantasmizar" a los humanos cuando no podía evitar que aparecieran en las fotos. Pero me gustaron las luces de disco tecno de los 80 que me recordaron a mi adolescencia: